El enfrentamiento entre la prefecta del Guayas, Marcela Aguiñaga, y el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, por la paralización del viaducto en el sector de Los Ceibos, ha escalado a una guerra política abierta, exponiendo fracturas internas en la Revolución Ciudadana.

Aguiñaga arremetió en rueda de prensa contra la postura del alcalde, a quien acusó de actuar con “chantajes emocionales” y “presiones institucionales”. “El Municipio no se está defendiendo en derecho. Ataca, desinforma, no presenta las pruebas”, declaró con firmeza.

Según la prefecta, el Viceministerio de Ambiente ha solicitado que se presente una denuncia penal contra el cabildo, tras alegar que la documentación usada para obtener permisos ambientales sería falsa. No obstante, Aguiñaga precisó que el registro ambiental entregado al Municipio no ha sido revocado, y que si no se prueban las acusaciones, la suspensión de la obra podría levantarse.

El Municipio fue notificado el 28 de julio sobre un proceso sancionador administrativo y tiene 10 días hábiles para presentar sus descargos. Hasta ahora, afirma Aguiñaga, no lo ha hecho.

“Estoy harta del show político”, sentenció la prefecta, negándose a alimentar el conflicto. Sin embargo, la pugna ya se trasladó a la Asamblea Nacional.

Álvarez responde con dardos y ausencias

Por su parte, el alcalde Álvarez, en su enlace radial del 30 de julio, responsabilizó directamente a Aguiñaga de frenar el desarrollo de la ciudad: “Quedará en la historia que la Prefectura del Guayas paralizó el desarrollo de Guayaquil con la obra de Los Ceibos”.

Ese mismo día, la Comisión de Biodiversidad de la Asamblea Nacional lo citó para explicar el alcance del proyecto. Álvarez no asistió. En su lugar, grabó un video desde la isla Puná en el que pidió una nueva fecha y solicitó ser recibido por el pleno: “Me encantaría hablar de algunas cosas, no solo del puente”.

La disputa se agudizó solo dos días después de que Rafael Correa expresara su molestia por una carta firmada por cinco integrantes del movimiento, incluida Aguiñaga, que evidenció tensiones internas. “Me hubiera encantado ver una carta así de respaldo al alcalde de Guayaquil”, comentó Correa en redes sociales, dejando clara su desaprobación.