La puntuación social

Jul 31, 2025

Por Ney Dolberg

La esencia de nuestro comportamiento y el de todos los seres vivos, está determinada por la satisfacción de un sistema cerebral básico de recompensa y/o castigo, que junto a las emociones, condiciona nuestras decisiones y por lo tanto nuestra conducta. Esos satisfactores placenteros que buscan comida, sexualidad y descanso, socialmente se transforman en reconocimiento social para el trabajo, la pareja y la familia, el juego y la diversión.

A través del estímulo de los neurotransmisores del placer del aquí y ahora en nuestros cerebros, las pantallas de ordenadores y celulares, de a poco nos van introduciendo a la época del “colonialismo de los datos”, el nuevo sistema de poder que en función de las huellas que dejamos en las interacciones digitales, conocen más de nuestras reacciones que nosotros mismos y a través de logaritmos pueden regular e influir en nuestras decisiones.

En la nueva época informacional, la información que recibimos no es gratis, nosotros la pagamos con la información que entregamos a la big data, acerca de nuestra economía, nuestras emociones, preferencias, pensamientos, alineamiento político y religioso, intenciones y en el futuro hasta de nuestra herencia, identificando riesgos de enfermedad.

Si bien en occidente se empieza a utilizar, en China ya es de uso permanente para el control de sus ciudadanos, una calificación que depende del cumplimiento del ordenamiento normativo en el trabajo, en la comunidad y en la opinión respecto al status político vigente; quien lo cumple tiene opciones de mejor trabajo, vacaciones, servicios y más; quien no lo hace, va perdiendo puntos y por lo tanto es castigado.

La gran variedad de vigilancia por dispositivos espías, a través de seguimientos sigilosos desde la dictadura conyugal de parejas celosas y maltratadores domésticos hasta patrones vigilantes y gobiernos dictatoriales como en China o Irán, a lo que Zuboff lo llama “capitalismo de vigilancia”.

Si bien es cierto la moneda a través del intercambio, “premia” a quien más produce (o a quien más roba); el honor, la reputación y el trato social ahora vigilados, son valorados por un puntaje que nos dará más clientes como en Tripadvisor, los seguros y las instituciones estatales, premiando al “buen ciudadano” y castigando al malo.

En el futuro el miedo a quedar mal ante el escarnio público de las redes y/o perder dinero, será asunto de supervivencia, la pregunta es ¿quiénes pondrán las reglas de juego (algoritmos) de la reputación en la nueva era informacional? ¿los dictadores, la nueva democracia, la big data autómata?



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