La decisión del Gobierno ecuatoriano de repatriar a 870 presos colombianos desató un nuevo conflicto diplomático con Colombia. Este 25 de julio, el Ministerio de Relaciones Exteriores colombiano emitió una enérgica protesta contra Ecuador, acusándolo de realizar deportaciones unilaterales, sin coordinación ni protocolos internacionales.

Según Bogotá, la medida adoptada por Ecuador impidió la plena identificación de los ciudadanos repatriados, así como la verificación de su situación jurídica, lo que —a criterio del Gobierno colombiano— viola principios básicos del Derecho Internacional, que prohíbe las deportaciones masivas sin debido proceso.

Colombia calificó la acción de Quito como un “gesto inamistoso” y advirtió que evalúa tomar medidas diplomáticas para evitar que se repitan estas “arbitrariedades contra nacionales colombianos”. El país vecino asegura que había solicitado la creación de un protocolo bilateral para garantizar un proceso ordenado y seguro, pero esa petición no fue atendida.

Repatriación en marcha

Pese a las críticas, Ecuador ya puso en marcha el operativo. Los primeros buses con presos colombianos llegaron al puente internacional de Rumichaca, bajo resguardo de las Fuerzas Armadas. La repatriación —según las FF. AA. ecuatorianas— continuará hasta completar la cifra de 870 ciudadanos deportados.

Esta acción forma parte de la estrategia del Gobierno ecuatoriano para descongestionar el sistema penitenciario, pero ahora enfrenta el rechazo frontal de Colombia, que exige respeto al debido proceso y al derecho internacional.

La tensión entre ambos países crece en un contexto regional ya marcado por la inseguridad y la crisis carcelaria.