La fusión del Ministerio del Ambiente con el Ministerio de Energía y Minas, anunciada por el Gobierno Nacional como parte de su plan de “eficiencia administrativa”, ha desatado una fuerte ola de críticas por parte de organizaciones ambientalistas, sectores académicos y actores políticos. La medida, oficializada este jueves 24 de julio, ha sido calificada como un “grave retroceso” en la institucionalidad ambiental del país.
El anuncio fue realizado por Carolina Jaramillo, vocera del Gobierno, quien explicó que esta fusión forma parte de la reducción de seis ministerios y busca agilizar la toma de decisiones y recortar la burocracia estatal. Pero los cuestionamientos no se hicieron esperar.
Para agrupaciones como Yasunidos y la Coordinadora Ecuatoriana para la Defensa de la Naturaleza y el Ambiente (Cedenma), la decisión pone en grave riesgo la protección de los ecosistemas y mezcla intereses diametralmente opuestos: los de la conservación y los del extractivismo, reseña Teleamazonas.
“¿Cómo puede el órgano encargado de frenar el extractivismo estar ahora subordinado a quien lo promueve?”, cuestionó Yasunidos en un comunicado publicado en X.
Además, advierten que esta medida acentúa el modelo extractivista, dejando sin autonomía a la institución que debe fiscalizar y frenar impactos de la minería y el petróleo.
Desde el ámbito internacional, el director de WWF Ecuador, Tarsicio Granizo, también se sumó al rechazo y señaló que se trata de un “retroceso de años” en política ambiental, mientras que la activista Helena Gualinga fue aún más contundente:
“Ahora el control, la regulación y la fiscalización de todas las actividades están en manos de las mineras y petroleras. Es un retroceso total”.
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