Gabriel Hidalgo Andrade, analista político y docente universitario, calificó como un “espectáculo vergonzoso” la comparecencia del sentenciado Daniel Salcedo ante la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional. A su juicio, esta actuación no solo debilitó la institucionalidad del Parlamento, sino que dio un espacio inaceptable al crimen organizado.

“La comisión cometió un error grave al no verificar previamente el testimonio de Salcedo ni exigir pruebas antes de su comparecencia”, explicó Hidalgo en entrevista con Ecuavisa. El analista subrayó que se trató de una actuación sin sustento jurídico, ya que Salcedo no ha ejercido ninguna función pública que justifique su participación en un proceso de control político.

Para Hidalgo, esta acción no responde a una verdadera voluntad de fiscalización, sino a una estrategia de marketing político. “En lugar de contrastar pruebas o buscar la verdad, se privilegiaron la visibilidad, el escándalo y la validación emocional en redes sociales”, señaló.

El caso, dijo, evidencia cómo las lógicas del entretenimiento y la vanidad de algunos legisladores están distorsionando las funciones parlamentarias. “Cuando las decisiones se toman pensando en los likes y no en el bien público, se pone en riesgo la democracia”, advirtió.

El analista comparó este episodio con audiencias históricas como la de Joseph Valachi en el Congreso de EE. UU., pero aclaró que, a diferencia de ese caso, en Ecuador no se respetaron protocolos mínimos ni hubo garantías de contrastación. “Aquí no hubo control político real, solo una puesta en escena con efectos boomerang: la comisión terminó más golpeada que sus adversarios”, afirmó.