Ecuador enfrenta una crisis creciente por la falta de acceso al agua potable en varias provincias del país. Según la especialista en recursos hídricos Indira Nolivos, docente de la ESPOL, más de dos millones de personas no tienen acceso a agua segura, y el 86% de cobertura reportado por el censo de 2022 no refleja la realidad, ya que incluso ese porcentaje sufre interrupciones constantes.
Nolivos, entrevistada en Ecuavisa, advirtió que el país atraviesa una “ocurrencia de múltiples amenazas” que están afectando gravemente los sistemas de captación, distribución y tratamiento del agua potable. Fenómenos como los deslaves, la contaminación de fuentes hídricas y la expansión urbana sin planificación están dejando sin agua a cantones enteros como Durán, donde no llega “ni una gota”.
“Las fuentes de agua están en zonas vulnerables y no se ha hecho gestión de riesgo adecuada. Tenemos un enfoque reactivo en lugar de proactivo”, criticó Nolivos. A esto se suma, dijo, la dispersión de competencias entre municipios, empresas públicas y el gobierno central, lo que dificulta una respuesta efectiva y coordinada.
La experta señaló que el país carece de un catastro actualizado sobre la infraestructura de agua potable, y aunque la información existe, está dispersa y no se utiliza para prevenir colapsos. Llamó a que el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (MIDUVI) y los municipios trabajen en conjunto para identificar los puntos críticos.
“Se necesita una nueva mirada. No podemos seguir priorizando aceras, bordillos y conciertos mientras hay ciudades enteras sin agua”, reclamó, y añadió que el gasto en agua potable debe verse como una inversión estratégica.
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