Ozzy Osbourne, icónico vocalista británico y figura fundamental del heavy metal, falleció a los 76 años rodeado de sus seres queridos. La noticia fue confirmada por su familia mediante un comunicado oficial, en el que se solicitó respeto a la privacidad durante este momento de duelo.
Nacido como John Michael Osbourne, el músico alcanzó fama internacional como líder y cofundador de la influyente banda Black Sabbath, agrupación clave en el nacimiento del heavy metal a finales de los años sesenta. Junto a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, forjó un sonido oscuro y potente que marcó a generaciones enteras.
Tras su salida del grupo en 1979, Osbourne consolidó una exitosa carrera como solista, con álbumes emblemáticos como Blizzard of Ozz y canciones como “Crazy Train”, que le valieron el apodo de “El Príncipe de las Tinieblas”.
En 2020 reveló que padecía la enfermedad de Parkinson, diagnóstico que afectó considerablemente su movilidad. A pesar de sus problemas de salud, Osbourne continuó participando en proyectos musicales e hizo su última aparición pública sobre el escenario el pasado 5 de julio, durante el concierto “Back to the Beginning” en Birmingham. El emotivo reencuentro con los integrantes originales de Black Sabbath fue considerado un acto de despedida para los fanáticos.
En los últimos años, su estado de salud se había visto deteriorado por diversas complicaciones, como una neumonía severa y las secuelas de caídas previas.
Más allá de su legado musical, Osbourne también dejó una huella en la cultura popular gracias a su participación en el reality The Osbournes y su estilo irreverente que desafió las convenciones del espectáculo. Su influencia en el rock y el metal es incuestionable y continúa inspirando a músicos en todo el mundo.
Con su muerte, desaparece una figura clave del siglo XX en la música contemporánea. Su legado, sin embargo, permanecerá intacto en la historia del rock.
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