Erik Prince, exmilitar estadounidense y fundador de la empresa de seguridad privada Blackwater, regresó a Ecuador con el objetivo de presentar una propuesta orientada al fortalecimiento de la seguridad en las zonas fronterizas del país. La iniciativa incluye asistencia técnica, capacitación y uso de tecnología para combatir amenazas vinculadas al crimen organizado y el narcotráfico.

Según información confirmada por autoridades gubernamentales, Prince arribó al país acompañado de una delegación de su firma, con la intención de establecer cooperación en áreas de seguridad estratégica. Su visita se enmarca dentro de las acciones que impulsa el Ejecutivo para mejorar el control en puntos críticos del territorio nacional.

La propuesta de Prince no contempla el despliegue de personal armado extranjero, sino un esquema de apoyo especializado que incluye asesoría, entrenamiento a fuerzas nacionales y provisión de sistemas de vigilancia. Esta no es la primera vez que el empresario busca operar en Ecuador; en 2020 intentó implementar una oferta similar, que no prosperó.

La presencia de Prince ha generado posiciones divididas. Mientras ciertos sectores consideran positiva la posibilidad de sumar recursos internacionales en la lucha contra el crimen transnacional, otros advierten sobre los riesgos de involucrar a compañías privadas extranjeras en tareas sensibles para la seguridad interna del país.

Hasta el momento, no se ha confirmado la firma de acuerdos formales entre el Gobierno ecuatoriano y la empresa de Prince. Sin embargo, la visita refleja el interés en establecer alianzas que permitan reforzar las capacidades del Estado en materia de defensa y control territorial.