El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se pronunció públicamente sobre las medidas cautelares impuestas en su contra por el Supremo Tribunal Federal, calificándolas como una “suprema humillación”. Las restricciones incluyen el uso obligatorio de una tobillera electrónica y la prohibición de utilizar redes sociales, mientras avanza la investigación sobre su presunta participación en un intento de golpe de Estado.

Durante una intervención en un evento con simpatizantes, Bolsonaro cuestionó duramente las decisiones judiciales, asegurando que está siendo víctima de una persecución política. “No se trata solo de mí, sino de lo que están haciendo con la democracia en Brasil”, afirmó el exmandatario, al tiempo que sostuvo que las restricciones impuestas son propias de regímenes autoritarios.

La Corte Suprema lo investiga por su posible rol en los hechos del 8 de enero de 2023, cuando manifestantes radicales invadieron las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia. Según la Fiscalía, existen indicios de que Bolsonaro habría promovido acciones para deslegitimar el resultado de las elecciones presidenciales de 2022, en las que fue derrotado por Luiz Inácio Lula da Silva.

El exjefe de Estado lamentó, además, no poder comunicarse con sus seguidores a través de plataformas digitales, donde tradicionalmente ha mantenido una fuerte presencia política. Consideró que su silencio forzado en redes sociales es un intento de debilitar su liderazgo.

Las medidas dictadas por el Supremo forman parte de un conjunto de decisiones que buscan evitar interferencias en el proceso judicial. Sin embargo, han avivado el debate en Brasil sobre los límites entre el control institucional y los derechos individuales.

Por ahora, Bolsonaro permanece en libertad, pero con restricciones. Mientras tanto, sus abogados han anunciado que presentarán recursos legales para revertir las medidas que, según ellos, violan los principios del debido proceso y la libertad de expresión.