En décadas atrás, cuando conocí esta generosa tierra, superando a lo que de ella me enamoró, ganó lo que con placer degustaba ¡su comida! Al amarrar a sus muelles la barca de mi vida, aumentó a diario ese placer gastronómico y soy testigo de su gran posicionamiento que trasciende al campo internacional, siendo una gran aliada del ímpetu y progreso turístico a lo largo y ancho de la provincia, a lo que sin discusión, en la ciudad-puerto-balneario que es Manta, hace muchos años aportó el primer hotel 5 estrellas instalado aquí, el “Oro Verde”, mismo que acaba de instalarse también en Portoviejo nuestra capital provincial, atrayendo ambas ciudades a otros hoteles de cadenas y marcas de gran jerarquía, con sus servicios de hospedaje y alimentación manabita.
Por lo observador que soy, puedo dar fe de que a la actual buena fama de la comida manabita, han aportado también emprendedores de otros lares, nacionales y extranjeros, que han unido sus conocimientos y arte en la cocina con los ancestrales sabores de nuestra original gastronomía manabita. Solo por algo decir, ¿cómo y/o con qué se reemplazarían nuestra Sal Prieta, las Rosquitas de Montecristi y a los Dulces de Rocafuerte?
Es tal esta supremacía gastronómica, que Epicuro, el seudónimo dominical en esta materia del inolvidable Bernard Fougeres, en El Universo de Guayaquil, hace también décadas, ponderó y confesó que en un restaurante de Manta, propiedad y operado por un quiteño, en su local sito en el próspero sector de Barbasquillo, había degustado lo que fue su mejor experiencia alimenticia de Manabí y lo recomendaba. Ese local, por su prestigio, más que se ha quintuplicado desde entonces, junto a numerosos buenos restaurantes de ese sector; y no solo sucede esto en Manta, igual es en toda la provincia, destacando que en Portoviejo, donde un relativamente nuevo restaurante, a más de la deliciosa calidad de su menú, ha agregado el lujo y cortesía del “Valet Parking”. ¡Excelente!
Este superior nivel gastronómica se destaca en Bahía, también al frente, en San Vicente y en todo el perfil costanero del Pacífico, mar que nos regala sus frutos, los que son aprovechados por la inspiración de los artistas de la cocina manabita y los emprendedores que lo ligan a la industria sin chimeneas que es el turismo, ahora tan importante en el convivir de esta hospitalaria tierra.
Como primicia, destaco que el lujoso restaurante del “Montecristi Golf Club & Villas” sede de grandes eventos sociales, que es parte de “MONTEMAGNA” -la primera ciudad planificada del Ecuador- ha contagiado y animado a la prestigiosa capitalina universidad UTE, la que acorde al avance de la construcción de su moderno campus dentro del citado conglomerado urbanístico, anuncia que a más de las materias que ya imparte en ese entorno, ahora está preparando en los próximos ciclos estudiantiles, dictar materias afines a Gastronomía e Ingeniería de Alimentos, considerando este “Contador de Historias” que lo mencionado es una suerte de merecido homenaje práctico al indiscutible potencial de la Gastronomía Manabita. ¡Así, con mayúsculas!
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