Un bombardeo sin precedentes sacudió la madrugada de este jueves a Ucrania: 728 drones y 13 misiles de crucero rusos fueron lanzados de forma simultánea sobre objetivos civiles y militares en Kyiv, Lviv, Rivne, Lutsk y otras regiones, marcando uno de los ataques más intensos desde el inicio de la guerra.

Según el mando militar ucraniano, 711 drones y siete misiles fueron interceptados, aunque alrededor de 100 vehículos aéreos no tripulados lograron impactar, causando daños localizados y nuevos estragos en la infraestructura del país. Las regiones más afectadas fueron Lutsk, un punto estratégico en el tránsito de ayuda desde Polonia, y Lviv y Rivne, zonas que hasta ahora habían estado en relativa calma.

En Kyiv, las sirenas no cesaron durante la madrugada. El cielo fue iluminado por las defensas antiaéreas, que evitaron un mayor número de víctimas. El presidente Volodymyr Zelensky calificó el ataque como “revelador”, afirmando que Rusia ha demostrado con este acto su total rechazo a cualquier alto el fuego, incluso mientras Ucrania y sus aliados promueven negociaciones de paz.

Horas antes del ataque, el expresidente estadounidense Donald Trump —quien ha retomado protagonismo político— anunció la posibilidad de retomar el envío de misiles Patriot a Ucrania, tras la suspensión temporal del apoyo militar aprobada la semana pasada. Trump acusó a Vladimir Putin de actuar con engaños y advirtió que “Rusia no quiere paz, solo ganar tiempo”.

Desde Moscú, el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, aseguró que “Rusia está tranquila” frente a las amenazas de nuevas sanciones y no respondió directamente a las críticas desde Washington.

Con este ataque, el conflicto entra en una nueva fase de tensión y escalamiento, con un protagonismo creciente de los sistemas de defensa antiaérea y una comunidad internacional dividida entre apoyar a Ucrania con más armas o insistir en una vía diplomática. Mientras tanto, en el Congreso de EE.UU. se analiza un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, mientras las víctimas y la destrucción siguen acumulándose sobre el terreno.