Entre la autocracia y el narcisismo político

Jul 10, 2025

Por Ney Dolberg

Según un reporte del estado de la democracia en el mundo de 2025 del proyecto Variedades de la Universidad de Gotemburgo, estamos viviendo por tercera vez en la historia, una ola de gobiernos autócratas en franco crecimiento, los gobiernos autoritarios ya superan a los democráticos aumentando el número de ciudadanos que viven bajo su autoritarismo, apenas 29 países en el mundo viven en democracia liberal.

Si bien es cierto que todos buscamos líderes respetuosos de la dignidad humana, éticos y transparentes, comprometidos con el servicio con, por y para la sociedad; quienes más abundan son pseudo-líderes con doble agenda, que fomentan el divisionismo, siendo su principal aliado el autoritarismo, camuflados en la ultra-izquierda o ultraderecha, bajo discursos anacrónicos en la actual época de transición que vive la humanidad.

El paso de la época industrial a la informacional, ha generado un contexto de incertidumbre e inseguridad, por la alta movilidad social debida a crisis económicas y sociales, en los que las personas buscan líderes que transmitan seguridad, dejando la ética a un lado y dispuestos a confrontar más que a colaborar, encontrando enemigos reales e imaginarios.

Si a esto sumamos el efecto amplificador de las redes sociales con mensajes cortos, agresivos y falsos en su mayoría, más virales que cualquier virus biológico, el caldo de cultivo para el choque y la confrontación está garantizado, en el cual no hay espacio para el líder democrático.

Si a esto sumamos el crecimiento descontrolado de la mafia internacional de la droga, la minería ilegal, los secuestros y la corrupción; el desasosiego y la ansiedad nos arrastra a buscar certezas inmediatas que solo el autoritario nos puede dar.

El autoritarismo es un fenómeno en franco crecimiento, ocupando un espectro que va desde la palabra tajante y el uso de la fuerza, hasta la toma de la función electoral, judicial para controlar a la oposición, los medios de comunicación y el amedrentamiento generalizado, es importante conocer estos límites para prevenir su avance.

Entonces, el liderazgo político no es solo una decisión del líder y/o su discurso del día de las elecciones, se trata de una construcción entre el contexto social, el conocimiento de esos factores entre votantes y elegidos, como son las necesidades y aspiraciones del pueblo y las de los políticos, quienes más allá del discurso tienen sus propias intenciones e intereses, independientes de cualquier ideología, entre las que se oculta el narcisismo político.



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