El olvido es la condena de quien se enferma en Ecuador

Jul 9, 2025

Por Rodrigo Jordán

Es una verdadera tragedia para quien lo vive hoy, pero lo hemos normalizado tanto que ya parece parte del “paisaje” cotidiano del Ecuador. Esto es la indiferencia que vive quien se enferma y necesita de los servicios de salud del Estado.

Los medios de comunicación lo reportan cada día durante años; miles y miles de titulares o reportes diciendo lo mismo: en las casas de salud públicas faltan medicinas, escasean los insumos, no hay capacidad para tanta gente, los turnos son para meses después o “por favor” compre usted lo que falta.

Esto quiere decir que, si usted no tiene recursos económicos y se enferma en este país, no necesariamente de algo grave, la tragedia tocará su puerta para usted y su familia. Vivirá un calvario que hasta le puede costar todo.

Tanta impotencia. Esto quiere decir que el problema de la salud en Ecuador es como el de la inseguridad. El estado, por más acciones que parece emprender repetidamente, no logra solucionar el problema.

¿Qué está pasando? ¿Es que la baja calidad en la atención médica pública es un desafío tan monstruoso que ningún gobierno no puede con él? ¿No podemos resolver como sociedad esta tragedia? Por todas las evidencias recurrentes parece que no existe administración pública capaz de revertir esta gravísima situación.

Entonces: ¿todo lo que toca el estado se vuelve en un fracaso? ¿todo lo que toca el estado se arruina? ¿todo lo que toca el estado funciona mal? ¿debe apartarse el estado de todo lo que toca? Hasta se puede pensar esto en el caso de la salud pública y otros ejemplos más.

Piense en esto: ¿alguna vez nos hemos puesto en los zapatos de quien se enferma y no tiene muchos recursos económicos? Una vez que esta persona se da cuenta que tiene un malestar debe acudir a una casa de salud del ministerio o de la seguridad social. Entonces inicia su viacrucis: el acceso, los turnos, el tiempo de atención, el lugar de espera, los medicamentos, los insumos, la receta, etc.

Solo quien lo ha experimentado lo sabe y estos valientes ciudadanos lo cuentan con rabia en miles de reportes de prensa año tras año.

La atención de salud para la ciudadanía, sin duda, no le importa mucho a la clase política nacional desde hace años. Yo veo ahí algo evidente: quizá es obvio porque ellos no se atienden en el sistema público de servicio médico. Sus familiares tampoco. Entonces, para estas personas, el problema no existe; solo es un imaginario que les cuentan; no lo viven.

Creo que llegó el momento de que los municipios del país, los que puedan, surjan como alternativas y se dediquen con fuerza a la atención médica en la mayoría de los niveles, aunque no sea su competencia directa.

Algo hay que hacer porque la salud es como la inseguridad: son esenciales para la vida de un país en que el estado, con todo el dinero que recoleta de la sociedad, no es capaz de resolver un problema esencial de los ecuatorianos. Básico. FIN



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