La policía rusa detuvo a un ciudadano ecuatoriano en San Petersburgo cuando se disponía a vender 23 kilogramos de cocaína. El operativo fue ejecutado por agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB), quienes sorprendieron al individuo con dos maletines llenos de droga valorada en unos 100 millones de rublos, es decir, aproximadamente 1,27 millones de dólares.
El arresto fue confirmado por el FSB local, que señaló que se ha abierto una causa penal por narcotráfico. El nombre del detenido no fue revelado oficialmente, pero las autoridades publicaron imágenes de su pasaporte y un video en el que el hombre admite el delito.
“Soy ecuatoriano, he venido de Ecuador porque mis amigos me organizaron un contrabando de cocaína. Me mandaron a recibirlo y tenía que entregarlo al comprador”, declaró el detenido en español ante las cámaras del FSB, en una grabación difundida por el canal de Telegram Mash. En el video se observa a agentes rusos irrumpiendo en un apartamento y ordenando al sospechoso tirarse al suelo mientras incautan los paquetes envueltos en papel de aluminio y plástico.
La policía rusa investiga ahora la red internacional detrás del envío, y según medios locales, intenta identificar a los cómplices implicados en esta operación. Aunque no se han ofrecido detalles oficiales sobre su procedencia, fuentes de inteligencia en Rusia vinculan el caso con estructuras criminales que operan desde la provincia del Guayas, en Ecuador, donde mafias extranjeras —incluida la albanesa— han sido señaladas por su participación en el tráfico internacional de drogas.
La detención coincide con una reunión del presidente Vladimir Putin con el Consejo de Seguridad de Rusia, enfocada precisamente en reforzar las medidas contra el narcotráfico, un problema que las autoridades rusas consideran una amenaza directa a la seguridad nacional.
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