Analistas advierten que el conflicto entre Irán e Israel es solo una pausa en una guerra más larga

Jun 25, 2025

Aunque el reciente cese al fuego entre Irán e Israel ha calmado las tensiones inmediatas, analistas internacionales como Fernando Aguayo, Fernando Insúa y Esteban Santos coinciden en que la amenaza de una escalada bélica no ha desaparecido. La intervención militar estadounidense, liderada por el presidente Donald Trump, logró frenar momentáneamente la expansión del conflicto, pero no desactivó por completo los factores que podrían desatar una guerra de mayores proporciones.

Durante el programa Vera a su manera, el analista Fernando Insúa advirtió que lo vivido podría ser solo una pausa táctica. “Irán ha demostrado que puede reinventarse militarmente incluso tras severos golpes”, dijo, al tiempo que señaló que el ataque habría retrasado entre tres y cinco años su capacidad nuclear, pero no eliminado su ambición.

Fernando Aguayo, por su parte, consideró que el tiempo fue determinante para Trump, quien no podía esperar más y tomó la decisión de intervenir sin autorización previa del Congreso. “Fue una reacción inmediata para evitar un conflicto mayor”, dijo. No obstante, cuestionó el cumplimiento de los acuerdos por parte de Israel e Irán, quienes continuaron bombardeándose incluso después de pactar el alto al fuego.

El internacionalista Esteban Santos destacó que Irán, pese a su debilitamiento, sigue siendo un jugador estratégico en Medio Oriente, con capacidad para movilizar milicias aliadas y continuar su presión sobre Israel de forma indirecta. Señaló además la importancia de la postura de Rusia y China, quienes —aunque cercanos a Irán— evitaron intervenir directamente para no provocar una confrontación global.

Santos subrayó que Irán, como potencia regional con aspiraciones nucleares, representa un desafío constante. “La comunidad internacional no puede bajar la guardia, porque Irán sigue siendo una amenaza mientras mantenga su programa atómico activo”, afirmó.

Los panelistas también analizaron la reacción global, especialmente la respuesta de Putin, quien calificó el ataque como “una agresión sin fundamento”. Mientras tanto, China habría presionado a Irán para que no bloquee el estrecho de Ormuz, una ruta vital para el suministro de petróleo.

A pesar de las advertencias, el análisis coincide en que la intervención de Trump fue quirúrgica y geopolíticamente calculada para desactivar temporalmente la amenaza sin embarcar a Estados Unidos en una guerra prolongada, evitando así el escenario de una tercera guerra mundial que se temió en los primeros días del conflicto.



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