La reciente confirmación de la condena contra la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner ha marcado un antes y un después en la lucha contra la corrupción institucionalizada en América Latina. El periodista argentino Luis Gasulla, invitado en Ecuadorenvivo, analizó el proceso judicial y su repercusión en el modelo populista que dominó la región durante las últimas décadas.
Con una sentencia de seis años de prisión y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, Fernández fue declarada culpable de administración fraudulenta en la causa conocida como “Vialidad”. En ella, se demostró que su socio Lázaro Báez recibió más del 80% de la obra pública en Santa Cruz, su provincia natal, a pesar de no cumplir con los contratos. “La justicia actuó tras años de presión mediática y miles de kilos de pruebas documentales”, explicó Gasulla.
Lejos de aceptar su responsabilidad, Cristina y sus aliados han denunciado una supuesta persecución judicial bajo el término “lawfare”, al igual que lo han hecho Rafael Correa desde Bélgica o Evo Morales en Bolivia. Sin embargo, Gasulla recordó que la mayoría de jueces y fiscales que intervinieron en el proceso fueron nombrados por el propio kirchnerismo, lo que desmonta el relato de la conspiración política.
El periodista también subrayó el rol fundamental del periodismo independiente frente a un sistema cooptado por medios oficialistas y periodistas militantes financiados con fondos estatales. “Mientras la justicia estaba paralizada, fue el periodismo el que documentó el saqueo”, afirmó.
La entrevista también permitió trazar paralelismos con el caso ecuatoriano. Así como Jorge Glas fue condenado y encarcelado por corrupción, en Argentina Lázaro Báez y otros exfuncionarios ya cumplen penas, mientras Cristina goza de arresto domiciliario en una residencia lujosa.
Para Gasulla, la figura de Cristina se apaga. No podrá volver a ocupar cargos públicos y su legado será una herencia de impunidad y empobrecimiento. “Quienes roban desde el poder no cometen delitos comunes: traicionan el mandato democrático”, sentenció Alfonso Pérez Serrano al cierre del programa.
La justicia argentina ha encendido una alarma regional. El fin del silencio judicial ante la corrupción de alto nivel marca un precedente que trasciende fronteras y que, tarde o temprano, podría replicarse en más países.
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