El comandante general de la Policía Nacional, Pablo Dávila, reconoció la gravedad de la crisis de seguridad que vive el país, especialmente en Guayaquil y la Zona 8, y defendió el traslado del mando policial a ese territorio. “Es fundamental que el alto mando esté en el epicentro de la crisis para tomar decisiones rápidas y respaldar a nuestro personal”, afirmó durante una entrevista en Vera a su manera.
Dávila explicó que el despliegue de la estrategia hiperfocalizada ha permitido identificar no solo los lugares y horarios de los crímenes, sino también a los líderes y estructuras de las bandas. Gracias a este modelo, dijo, se ha logrado desacelerar la curva de homicidios en las últimas semanas, aunque reconoció que los niveles de violencia siguen siendo alarmantes.
Sobre la fuga de alias Fede, cabecilla de Los Águilas, Dávila confirmó que unidades de inteligencia e investigación trabajan intensamente para recapturarlo, aunque advirtió: “Los delincuentes tienen capacidades impresionantes para evadir”.
El comandante también abordó las dificultades legales y éticas que enfrenta la policía al momento de usar la fuerza letal. “El policía está entrenado para respetar la vida, salvo que su propia integridad o la de terceros esté en riesgo”, enfatizó, aunque reconoció que el marco del conflicto armado interno otorga nuevas herramientas legales.
Finalmente, Dávila hizo un llamado a los jueces y fiscales a actuar con responsabilidad: “Nuestros policías arriesgan la vida en cada operativo, pero muchas veces el sistema judicial termina liberando a los criminales bajo medidas sustitutivas. Eso desmoraliza a la tropa y expone a la ciudadanía”.
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