La fuga de Jorge Luis Zambrano Álava, alias ‘Fede’, uno de los presuntos líderes del grupo delictivo Los Choneros, ha puesto en evidencia, una vez más, la frágil situación del sistema penitenciario ecuatoriano y el poder que las organizaciones criminales mantienen desde el interior de las cárceles.
Alias ‘Fede’ se encontraba recluido en el Centro de Rehabilitación Social de El Oro. Sin embargo, durante una intervención de control por parte de las autoridades penitenciarias, se confirmó que el reo ya no se encontraba en el lugar. El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad (SNAI) reconoció la fuga, aunque no especificó cuándo ocurrió ni cómo logró evadir los controles internos.
Según versiones preliminares, la evasión habría contado con la colaboración de funcionarios del sistema carcelario. Esta hipótesis refuerza las alertas sobre la infiltración del crimen organizado en las instituciones del Estado, especialmente en los centros penitenciarios, donde las bandas operan con un alto nivel de autonomía y protección.
Alias ‘Fede’ es señalado como una figura clave dentro de Los Choneros, organización criminal vinculada al narcotráfico, sicariato y extorsiones, con fuerte presencia en las provincias de la Costa. Su escape no solo representa un revés en los esfuerzos del Gobierno por recuperar el control carcelario, sino que también reaviva la preocupación por la seguridad ciudadana, dado el historial de violencia asociado a este tipo de líderes.
El Ministerio del Interior anunció el inicio de operativos de localización y recaptura, mientras el SNAI realiza una investigación interna para determinar responsabilidades. Sin embargo, la falta de resultados inmediatos vuelve a cuestionar la eficacia de las medidas implementadas en el sistema penitenciario nacional.
La fuga de alias ‘Fede’ se suma a una serie de hechos similares que han evidenciado la debilitada presencia del Estado en los centros de privación de libertad, los cuales, lejos de cumplir una función de rehabilitación, se han convertido en centros de poder criminal.
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