¿Qué hacer si ocurre una explosión nuclear? Guía práctica adaptada a Latinoamérica

Jun 23, 2025

Tras los recientes ataques de Estados Unidos a instalaciones nucleares en Irán, el temor por una posible escalada del conflicto ha puesto sobre la mesa una pregunta incómoda pero necesaria: ¿cómo reaccionar ante una explosión nuclear?

Aunque el riesgo de un ataque directo en Latinoamérica es bajo, estar preparado puede marcar la diferencia, recomienda el medio digital Badabun, el cual explica de forma clara y realista cómo protegerte, paso a paso, en caso de una emergencia nuclear.

Durante la explosión

  • Busca refugio inmediato: corre al edificio más cercano, preferiblemente de concreto o ladrillo. Evita los vehículos o espacios abiertos.
  • En campo abierto: tírate al suelo, cúbrete la cabeza y no mires el destello. La luz puede causar ceguera temporal incluso a varios kilómetros.
  • Elige una habitación sin ventanas, lo más al centro posible del edificio.

En los primeros 15 minutos (lluvia radiactiva)

  • Quítate la ropa si estuviste expuesto al exterior. Guárdala en una bolsa cerrada: contiene la mayoría de partículas radiactivas.
  • Lávate con agua y jabón, sin frotar fuerte la piel. Si no tienes ducha, usa toallas húmedas o un paño con agua.
  • Limpia a tus mascotas si estuvieron afuera. También pueden haber recogido partículas.

Refúgiate por al menos 24 a 48 horas

  • Quédate dentro. Sella puertas y ventanas con trapos húmedos. No salgas sin necesidad extrema.
  • Ten una radio a pilas o de manivela: si se va la luz, será tu principal fuente de información oficial.
  • No necesitas un búnker. Un cuarto sin ventanas, con varias paredes entre tú y el exterior, es suficiente.

Prepárate con anticipación

Arma una mochila de emergencia con:

  • Agua (mínimo 3 litros por persona)
  • Comida no perecible
  • Linterna y radio con pilas
  • Cargador portátil
  • Toallas húmedas
  • Ropa extra y cobija
  • Medicamentos esenciales
  • Copias de documentos

¿Qué podrías experimentar?

  • Calor extremo tras la detonación. Refugiarse reduce el riesgo de quemaduras.
  • Pulso electromagnético (EMP) que puede dañar aparatos electrónicos.
  • Radiación invisible, que afecta la salud a largo plazo.
  • Lluvia radiactiva, con partículas contaminadas que caen minutos después del estallido.

En Latinoamérica no abundan los refugios nucleares, pero sí la solidaridad, el ingenio y el sentido común. Prepararse ante lo improbable no es alarmismo: es una forma responsable de proteger a quienes más quieres.



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