En una extensa entrevista, el exsecretario de la administración de Guillermo Lasso, Sebastián Corral, volvió a justificar el actuar del expresidente frente al escándalo de Flopec, pero terminó admitiendo lo que sus detractores han señalado desde el inicio: el gobierno de Lasso fue débil, incapaz de contener las presiones políticas y, sobre todo, carente de manejo en los momentos más críticos.
Corral intentó exculpar al exmandatario de las acusaciones de peculado por el contrato entre Flopec y Amazonas Tankers, reiterando que los contratos cuestionados fueron suscritos antes de su llegada al poder. Sin embargo, reconoció que hubo “errores en la gestión política, en el manejo comunicacional y estratégico” durante el proceso que derivó en el juicio político frustrado contra Lasso.
En un giro revelador, Corral señaló que detrás de la crisis de su gobierno estuvieron “dos partidos políticos —la Revolución Ciudadana y el socialcristianismo— y grupos delincuenciales”, pero no negó que el gobierno de Lasso careció de herramientas para sostenerse. “Nos faltó inteligencia, nos faltó fuerza, nos faltó capacidad para contener lo que vino”, dijo.
Aunque trató de minimizar su propia responsabilidad por los conflictos de interés relacionados con sus acciones en Teleamazonas —empresa que mantiene contratos con el Estado—, Corral admitió que enfrenta demandas contra la Contraloría por sanciones administrativas y destituciones que considera infundadas. “El contralor me destituyó dos veces incluso después de haber dejado el cargo”, se quejó.
Pero quizás lo más preocupante de su intervención fue el mensaje subyacente: según Corral, las mismas fuerzas que “tumbaron” a Lasso podrían, bajo las actuales condiciones del país, volver a desestabilizar a cualquier otro gobierno. Una confesión que confirma lo que durante su gestión fue evidente: un gobierno débil, sin capacidad de gobernabilidad, que terminó recurriendo a la muerte cruzada antes de enfrentar la censura legislativa.
Mientras la justicia ecuatoriana archivó el caso penal de Flopec, el legado político de Lasso sigue marcado por la fragilidad de su administración, los escándalos de corrupción y la inestabilidad institucional que terminó acelerando su salida anticipada del poder.
0 comentarios