El cineasta y columnista Carlos Andrés Vera lanzó duras críticas al correísmo y al legado del socialismo del siglo XXI en América Latina, al referirse al estado judicial y político de Cristina Fernández de Kirchner y Jorge Glas, dos de los rostros más emblemáticos de este modelo. “Lo que vemos hoy es la decadencia de figuras que alguna vez fueron intocables”, afirmó.

En entrevista con Ecuavisa, Vera sostuvo que ambos líderes —una en arresto domiciliario en Argentina y otro en prisión en Ecuador— representan un “modelo quemado por la corrupción” y que sus seguidores aún no asumen la magnitud del daño institucional que causaron. “Glas es el único que está preso, pero no el único culpable. Termina pagando los platos rotos de toda una estructura política construida para proteger delincuentes”.

Vera fue categórico al señalar que el correísmo ha sido, por años, un proyecto de impunidad. “Quienes aún militan en ese movimiento deberían dejar de sostener una estructura dedicada a blindar a sus líderes”, expresó. A su criterio, el poder fue utilizado no para transformar al país, sino para capturar instituciones y neutralizar a la justicia.

“Glas debería cooperar con la justicia”

Carlos Andrés Vera se preguntó por qué Jorge Glas no ha decidido aún colaborar con la justicia ecuatoriana, lo cual podría beneficiarlo legalmente y, según dijo, “cerrar el ciclo de una forma más digna”. “Glas sabe cómo funcionaba todo por dentro: la ruta del dinero, las redes, las constructoras, el reparto de poder… pero guarda silencio. ¿Por lealtad? ¿Por miedo? ¿Por cálculo? No lo sabemos”, dijo.

También se refirió al deterioro físico y mental de Glas, al que describió como “impactante”, aunque remarcó: “No se puede usar la condición humana como excusa para el olvido. El servicio público no es para robar. Si lo haces, pagas”.

Al ser consultado sobre la independencia de la justicia en Ecuador, Vera fue cauto. Si bien reconoció avances como el caso Metástasis o la condena a Glas, advirtió que la estructura judicial aún permite que ciertos jueces actúen a favor del crimen organizado sin consecuencias. “En este país aún no podemos hablar de una justicia implacable. Pero sí hay fiscales y jueces honestos, y eso hay que destacarlo”.