El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, instó a Irán a volver a la mesa de negociaciones y advirtió que el conflicto con Israel podría escalar de forma irreversible si Teherán no da un paso hacia el diálogo. La declaración se produjo durante la cumbre del G7, celebrada en Canadá, en un momento en que la tensión en Medio Oriente alcanza uno de sus puntos más críticos.

“Irán no está ganando esta guerra y debería sentarse a dialogar antes de que sea demasiado tarde”, señaló Trump ante la prensa. A pesar de su habitual tono desafiante, el mandatario dejó abierta la posibilidad de una salida diplomática, al tiempo que reiteró el pleno respaldo de Estados Unidos a Israel. “Siempre hemos estado con ellos. Israel lo está haciendo muy bien en este momento”, sostuvo, sin responder si su país intervendría directamente en el conflicto.

Las declaraciones de Trump se producen luego de que fuerzas israelíes ejecutaran bombardeos sobre Teherán y otras zonas estratégicas, en respuesta a una ofensiva iraní con misiles y drones que dejó al menos ocho muertos en territorio israelí. Los ataques han cobrado decenas de vidas en ambos lados y han encendido las alarmas sobre una posible escalada a gran escala.

A esto se suma la advertencia del Organismo Internacional de Energía Atómica, que confirmó que Irán ya no cumple con sus compromisos nucleares, lo que eleva la preocupación internacional sobre una eventual proliferación de armas atómicas.

Pese a la escalada, medios como The Wall Street Journal reportan que Irán estaría dispuesto a retomar el diálogo, pero exige que Estados Unidos no se involucre activamente en el conflicto. Mientras tanto, líderes europeos reunidos en el G7 han intensificado los esfuerzos diplomáticos para evitar una guerra abierta y presionan para revivir el acuerdo nuclear abandonado en años anteriores.

En este escenario de alta tensión, la presión de Washington busca forzar una salida política, aunque el tono de Trump dejó en claro que, si Irán no cede, el camino podría ser aún más violento.