Los datos de exportaciones del Banco Central ponen al petróleo como el principal rubro. Pero es un dato engañoso. Detrás de esas cifras está la incapacidad de Petroecuador de refinar petróleo para cubrir las necesidades nacionales de combustibles, y por lo tanto importamos nafta de alto octanaje y diésel. Si restamos el valor de las importaciones de combustibles del monto de las exportaciones de petróleo, estas quedan reducidas a $ 552 millones en el primer trimestre, siendo el quinto rubro en importancia.

Este desplome de la actividad petrolera es fruto de la política cortoplacista del correato de favorecer a la renta fiscal del momento sobre la inversión y perspectivas de mediano plazo, sumada al complot de la Corte Constitucional y los activistas ecológicos para golpear la producción petrolera. Hoy si bien la industria petrolera nacional es importante, la producción se destina sobre todo al mercado interno.

Hemos vuelto a la situación de hace 55 años, en que las exportaciones dominantes son las tropicales. Del total de las exportaciones (menos las importaciones petroleras), en el primer trimestre el camarón genera el 25 % del total de divisas, cacao y derivados 18 %, y banano, plátano y derivados 16 %. En cuarto lugar están los metales con 11 % y el petróleo en quinto con 7 %. Otros dos rubros importantes son atún y elaborados 6 % y flores 4 %.

En el primer trimestre, mientras que las exportaciones petroleras netas se cayeron en $ 484 millones, reducción de 47 %, los rubros no petroleros arriba mencionados crecieron $ 1.304 millones, expansión de 39 %. Son estos rubros los que trajeron divisas a la economía.

Esta situación nos insinúa varias tareas en materia de exportaciones:

1. No solucionar el problema fiscal gravando a las exportaciones ni subiendo sus costos. Nuestros competidores no lo hacen. Este año hemos gravado los insumos y bienes capital, tasa a la minería, alza de costos al atún, desatendemos la extensión del servicio eléctrico a las camaroneras.
2. Mejorar el entorno legal para facilitar la inversión privada en petróleo. Ecuador está al borde de dejar de ser un exportador neto de hidrocarburos. No podemos esperar una reforma constitucional. La falta de exportaciones petroleras afecta a la balanza de pagos y de manera más grave a las finanzas públicas. En el momento propicio hay que hacer una nueva consulta del Yasuní, la anterior fue tendenciosa, y esta vez el Estado debe comunicar para contrarrestar la campaña de AmazonWatch a favor del cierre la frontera petrolera.
3. Simplificar la legislación que gobierna a la actividad minera, que hoy ahoga la inversión con tramitología. En pocos años los metales podrían ser el mayor rubro de exportación.
4. Cuidar los productos en que lideramos al mundo, tanto los tropicales como las rosas; exportar bienes de mayor agregado con esos productos, y diversificar a rubros de características similares, como mango, pitahaya, arándanos, aguacate.
5. Apoyar la producción y exportación de bienes y servicios no tradicionales de mayor complejidad. Esa es la industrialización que requiere el país, no brindar protección para únicamente servir al mercado interno.
6. Continuar buscando acuerdos comerciales. Que se concrete con Corea, negociar un buen acuerdo con EEUU, luego seguir con Japón.