Un año y medio después de su incursión en la vida política durante la campaña presidencial, Lavinia Valbonesi asegura que su mirada cambió para siempre. Ya no es solo la influencer del bienestar; ahora es una mujer comprometida con una causa: erradicar la violencia de género desde sus raíces.

En una reciente entrevista, Valbonesi reveló cómo nació el Proyecto ANA, un programa social enfocado en mujeres sobrevivientes de violencia. Su inspiración, confesó, fue una mujer real que conoció en uno de sus recorridos por el país.

“Ana me abrió las puertas de su casa sin conocerme. Me contó su historia de dolor, pero también de resiliencia. Me demostró que sí es posible salir adelante por ella y por sus hijos”, relató con emoción.

Ese encuentro fue decisivo. Valbonesi comenzó a investigar y se encontró con una cifra alarmante: 7 de cada 10 mujeres en Ecuador han sufrido algún tipo de violencia. Sin embargo, advirtió que los números podrían ser aún más altos, debido a que muchas víctimas callan por miedo o vergüenza en un país “aún muy conservador”.

Romper con patrones generacionales

Aunque en un inicio pensó enfocar su trabajo social en los niños, Valbonesi entendió que el cambio debía empezar por las madres. “Cuando una abuela ha sido víctima de violencia, la hija y la nieta suelen repetir ese ciclo. Por eso decidí trabajar por las mujeres”, afirmó.

El Proyecto ANA se estructura en cuatro pilares fundamentales, de los cuales explicó dos:

1. Prevención: A través de convenios con centros educativos, se otorgan becas escolares, artísticas y deportivas para niños y adolescentes. La meta es alejarlos de entornos violentos y mantenerlos activos en espacios seguros.
2. Educación: Se han firmado acuerdos con universidades, institutos y empresas para brindar formación técnica y profesional a mujeres. Entre las más recientes iniciativas, destacó un convenio con una automotriz que capacitará a beneficiarias en ventas y mecánica.

“Vamos a crear el primer auto fabricado por mujeres del Proyecto ANA para el Proyecto ANA”, anunció Valbonesi.

Con esta iniciativa, la primera dama busca no solo empoderar a las mujeres, sino también demostrar que la independencia económica es clave para romper con relaciones violentas y construir nuevos caminos.

“Para 2030, espero haber capacitado a un millón de mujeres, transformando sus vidas y rompiendo ciclos de violencia y pobreza”, comentó emocionada la Primera Dama, quien enfatizó que el proyecto ANA aspira a ser la primera fundación autosustentable del país. “Aunque ahora recibimos apoyo del sector privado y organismos internacionales, estamos por lanzar productos elaborados por mujeres ecuatorianas que nos permitan financiar el proyecto de manera independiente y sostenible”.