El presidente Daniel Noboa aseguró que Ecuador está dando pasos importantes en la recuperación económica y la lucha contra el crimen organizado, pero admitió que la amenaza es tan grande que requiere apoyo internacional. Así lo expresó en una entrevista publicada por la revista The Economist.

“Las guerras no son lineales”, dijo Noboa, al referirse a los desafíos que enfrenta su Gobierno para contener la violencia criminal, que cerró 2024 con una tasa de 45 homicidios por cada 100 000 habitantes.

El mandatario reveló que ha recibido amenazas de muerte “a diario” durante dos años, y que parte de su estrategia está siendo asesorada por el polémico consultor de seguridad Erik Prince, fundador de Blackwater, una empresa militar privada que ha operado en zonas de guerra como Irak y Afganistán.

Noboa lanzó una advertencia contundente: los grupos de narcotráfico están generando ingresos equivalentes a una cuarta parte del Producto Interno Bruto ecuatoriano. “Es un monstruo demasiado grande para enfrentarlo solos”, dijo.

El presidente enfatizó que su Gobierno mantiene acercamientos con aliados estratégicos como la Unión Europea, Colombia, Israel y Emiratos Árabes, y no descarta pedir ayuda a China o EE. UU., aunque este último —dijo— mantiene una política aislacionista bajo la administración Trump.

¿Ley contra las economías criminales o herramienta para el poder?

Durante la entrevista, también defendió la Ley Orgánica para Desarticular la Economía Criminal, que permite redadas sin previo aviso, confiscación de activos, mayores penas por crimen organizado y más poder para declarar un conflicto armado interno.

“Una empresa puede reducir sus impuestos si dona equipamiento a la Policía o las Fuerzas Armadas”, explicó. Además, recalcó que cualquier militar que cometa delitos será procesado, pese a los riesgos de la militarización.

Ante la comparación con el presidente salvadoreño Nayib Bukele, Noboa fue enfático: “No me quedaré ni un segundo más de lo que la Constitución me permita”. Prefiere ser visto como un líder cercano a Emmanuel Macron o Lula Da Silva.

Finalmente, lamentó que instituciones como la justicia y el sistema electoral “están infiltradas por el crimen”, lo que ha derivado incluso en policías asesinados por criminales liberados con “sentencias incongruentes”.