La expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner deberá entregarse a la justicia en un plazo de cinco días hábiles, tras la ratificación de su condena por corrupción. El fallo contempla 6 años de prisión y la inhabilitación de por vida para ocupar cargos públicos, lo que frustra su intención de postularse como legisladora por Buenos Aires, anunciada la semana pasada.

La sentencia fue emitida en el marco de la llamada “Causa Vialidad Nacional”, un entramado de sobrecostos y desvío de fondos en obras públicas adjudicadas a la empresa del empresario Lázaro Báez durante sus gobiernos. Según la justicia argentina, se comprobó que muchas de esas rutas ni siquiera se terminaron o no llevaban a ninguna parte. Además, los condenados deberán restituir 70 millones de dólares, bajo amenaza de embargo.

La periodista argentina Dominic Metzger, anchor del canal Todo Noticias, aseguró en entrevista con Ecuavisa que “la causa se inició en 2008, cuando el kirchnerismo aún estaba en el poder”, lo que desmonta los argumentos de “persecución política” que esgrime el círculo de Fernández.

Pese a la condena firme, todo apunta a que la exmandataria cumpliría prisión domiciliaria por su edad (72 años). Sus abogados ya están negociando las condiciones con el juez que ejecutará la pena. “No la vamos a ver esposada ni tras las rejas. Lo más probable es que permanezca en su domicilio en Constitución, bajo vigilancia electrónica”, explicó Metzger.

Fernández aún conserva un 20% de apoyo en la provincia de Buenos Aires, que representa el 40% del padrón electoral nacional. Metzger advierte que esta base sólida puede ser un factor decisivo en las elecciones legislativas de octubre.

Sin embargo, el peronismo enfrenta una crisis de liderazgo. “Cristina está peleada con Axel Kicillof, su exministro y gobernador bonaerense, y aunque muchos ven a su hijo Máximo Kirchner como sucesor, no hay nada claro aún”, dijo Metzger.