Los “camisetazos” han vuelto a sacudir la Asamblea Nacional. Esta vez, la Revolución Ciudadana ha visto desmembrarse su bancada con la salida de tres legisladores en menos de un mes. Para el politólogo Santiago Basabe, el problema no son los nombres, sino un sistema político descompuesto en el que no existen partidos orgánicos ni sanciones para el transfuguismo.

“El país no tiene partidos, tiene estructuras que se activan en época electoral para reclutar nombres y llenar papeletas”, sentencia Basabe en entrevista con Ecuavisa. Según explica, muchos candidatos ni siquiera son afiliados a las organizaciones por las que llegan al poder. Algunos, incluso, financian su propia campaña o hacen aportes a los partidos para asegurar una candidatura.

En ese contexto, los abandonos son inevitables. “No debería sorprendernos lo que ocurre hoy con la Revolución Ciudadana, como ocurrió antes con Pachakutik, el PSC o cualquier otra bancada. El problema es estructural”, asegura.

Las recientes deserciones de legisladores que se acercan al oficialismo generan sospechas de intercambios políticos opacos. Basabe señala que, aunque no hay pruebas notarizadas, el uso de cargos públicos y recursos estatales como moneda de cambio es una práctica conocida: “El Ejecutivo, cualquiera que sea, tiene el poder de negociar direcciones provinciales, coordinaciones ministeriales y otros espacios. Y eso es suficiente para convencer a legisladores sin anclaje ideológico”.

Y frente a ese movimiento, ¿dónde queda el votante? “En absoluta impotencia”, responde Basabe. “La ciudadanía vota por listas, por causas, pero al final solo puede observar cómo los partidos se desmoronan sin poder hacer nada. Y eso agrava el desencanto con la política”.

Los legisladores que han abandonado la Revolución Ciudadana han justificado su decisión acusando falta de democracia interna, imposición de posturas y liderazgo vertical. Pero Basabe se muestra escéptico: “Nadie les cree que recién se dieron cuenta. Es evidente que esas condiciones estaban desde antes. Lo que ha cambiado son sus intereses personales y el costo político de quedarse”.

Según el politólogo, una de las causas del actual desgajamiento del correísmo es la ausencia de liderazgo en la Asamblea. “Se esperaba que Ricardo Patiño disciplinara la bancada, pero no lo ha logrado. Y a eso se suma una agenda política que gira solo en torno a los intereses judiciales de su líder”, apunta.