El analista político y económico Walter Spurrier criticó la falta de avances en materia de reformas constitucionales en Ecuador, a pesar del complejo escenario político que atraviesa el país. En su análisis, advirtió que esta parálisis legislativa limita seriamente la posibilidad de mejorar la gobernabilidad y responder a los desafíos estructurales del Estado.
“Seguimos con la misma Constitución, sin ningún tipo de reforma, cuando el país clama por ajustes urgentes”, afirmó Spurrier, quien cuestionó la falta de voluntad política tanto del Ejecutivo como del Legislativo para abrir un proceso serio de debate constitucional.
Según el analista, las divisiones políticas, la ausencia de consensos y la debilidad de los bloques legislativos han impedido que se impulse una agenda clara de reformas. “No hay estabilidad ni institucional ni política, y eso nos condena a la improvisación permanente”, sostuvo.
Spurrier también resaltó la importancia de que los ciudadanos participen activamente en una eventual reforma, para que esta tenga legitimidad y responda realmente a las necesidades del país. “Si se hace a puertas cerradas o como parte de pactos coyunturales, volverá a fracasar”, advirtió.
Finalmente, insistió en que el sistema político actual no está respondiendo a las demandas sociales y que, sin reformas, el estancamiento institucional podría agravarse.
Me alegro que el señor Spurrier haya leido y replicado mis comentarios sobre las reformas constitucionales.
El mal de todo gobierno, desde que se fue Correo, ha sido seguir gobernando con la Constitución de Montecristi.
Es imposible obtener cambios y menos avanzar con esa Constitución que permite una excesiva concentración de poder al Ejecutivo, que creó esa antagónica CPCCS, que evidentemente produce una hiperconstitucionalizacion con mas de 400 artículos que abordan asuntos que no son constitucionales sino legales, que permiten un modelo económico estatista e intervencionista, que otorga excesivos derechos sin respaldo financiero, que permite un sistema judicial vinculado indirectamente con el poder politico, que no brinda seguridad jurídica en la inversión, que promueve un modelo de democracia plebiscitaria, en fin, un verdadero mamotreto
Correa*