El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este miércoles que sostuvo una conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin, centrada en la guerra en Ucrania y el programa nuclear iraní, dos puntos críticos en la agenda internacional de los republicanos.
Trump detalló que el diálogo, que duró alrededor de una hora y 15 minutos, fue “bueno”, aunque admitió que no traerá una solución inmediata al conflicto en Europa del Este. Putin, por su parte, se refirió a los recientes ataques ucranianos —particularmente la “Operación Telaraña” sobre bases aéreas rusas— y advirtió que Kiev deberá rendir cuentas por sus acciones.
El expresidente también mencionó que abordaron la preocupación por los ataques rusos contra infraestructura civil en Ucrania, que han provocado numerosas víctimas inocentes.
En cuanto al conflicto con Irán, Trump advirtió que “el tiempo se agota” para que Teherán tome una decisión clara respecto a su programa de armas nucleares, enfatizando que ese país “no debe poseerlas”. Putin coincidió con esta posición e incluso, según Trump, ofreció participar en las negociaciones para facilitar un acuerdo.
Desde el Kremlin, se calificó el encuentro como “positivo y productivo”. Ambos líderes expresaron su intención de mantener contacto directo en adelante. Yuri Ushakov, asesor diplomático de Putin, reveló que Trump fue informado de que Ucrania no notificó a EE. UU. sobre su operación militar del pasado domingo.
Negociaciones estancadas y ataques quirúrgicos
Mientras tanto, las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania se reanudaron esta semana en Turquía, pero sin avances concretos. En lugar de abordar un cese al fuego, las delegaciones centraron el diálogo en la repatriación de menores ucranianos llevados a Rusia durante la guerra. Kiev entregó una lista con 339 nombres, y exigió su retorno como condición esencial para cualquier acuerdo duradero.
“Buena fe no son palabras, son acciones”, dijo el jefe de la Oficina Presidencial de Ucrania, Andrí Yermak, al insistir en que Moscú debe demostrar compromiso real.
El negociador ruso, Vladimir Medinsky, reconoció haber recibido la lista, aunque señaló que la cifra difiere de las denuncias anteriores que hablaban de más de 20.000 menores.
En paralelo, Ucrania ejecutó la “Operación Telaraña”, un ataque masivo con drones a cuatro bases aéreas rusas, desde Siberia hasta el Ártico. Según fuentes del SBU, más de 40 aeronaves —incluidos bombarderos estratégicos— fueron destruidas o dañadas. La acción, que implicó el uso de drones camuflados en estructuras móviles de madera, fue la ofensiva más grande contra la aviación rusa desde el inicio de la guerra y fue supervisada directamente por el presidente Volodimir Zelensky.
Presión sobre Irán y cruce de acusaciones
El conflicto en Medio Oriente también ocupa un lugar prioritario en la política exterior de Washington. Estados Unidos ha sostenido cinco rondas de negociaciones indirectas con Irán en busca de un nuevo acuerdo nuclear, aunque el enriquecimiento de uranio sigue siendo el principal punto de fricción.
Durante el fin de semana, la Casa Blanca envió una propuesta que Irán afirmó estar evaluando, pero Trump rechazó tajantemente la posibilidad de permitir cualquier tipo de enriquecimiento en un eventual pacto.
“¡NO PERMITIREMOS NINGÚN ENRIQUECIMIENTO DE URANIO!”, escribió en Truth Social, responsabilizando a Joe Biden por la actual situación.
Las declaraciones provocaron una dura respuesta del líder supremo iraní, ayatollah Alí Khamenei, quien acusó a Washington de querer desmantelar por completo su industria nuclear. “Sin enriquecimiento, estaríamos mendigando a EE. UU. (…) No aceptaremos exigencias que contradicen nuestra soberanía”, sentenció.
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