Sin 100 días

Jun 4, 2025

Por Jorge A. Gallardo

El tiempo de conocer, con pelos y señales, la realidad del país y sus más apremiantes necesidades para ser atendidas y solucionadas, ha terminado para el presidente Noboa y para su equipo de gobierno (de ayer y de hoy). Ha comenzado el pasado 24 de mayo el tiempo de las grandes ejecuciones. De las decisiones oportunas y acertadas, del olvido total de endilgar responsabilidades a los gobiernos anteriores al suyo. Es el tiempo extendido de 4 años para demostrar que el pueblo no se equivocó al elegir, de manera aplastante, al binomio en funciones.

Es imposible, sin embargo, creer que en 48 meses el Ecuador se convertirá en el paraíso de la felicidad y de la plenitud. Los problemas actuales tienen carácter complicadísimo, son muy numerosos y la solución de cada uno de ellos, si no en forma total, pero sí en gran medida, demanda del concurso de sucesivos gobiernos honestos, responsables y patrióticos. En cambio, 48 meses son suficientes para una gestión trascendente y transformadora, que habilite el tránsito por los caminos de la paz y del bienestar social. Son suficientes para colocar los cimientos sobre los cuales es posible construir el progreso y desarrollo del país.

Sólo pocos temas para un buen gobierno. Una muy efectiva lucha contra la delincuencia en todas las formas causará una drástica caída en sus indicadores, provocará mejores condiciones de vida en los sectores más vulnerables, dinamizará la economía y habrá más empleo en esos sectores y en el país. Conocer la exacta situación de Petroecuador, IESS, eléctricas y telecomunicaciones, es urgente. Con cuentas claras, verdaderas y actualizadas, deben ser objeto de los cambios que exigen para ser productivas y de servicio para los ecuatorianos. En materia de obra pública, todo su presupuesto debe destinarse a la habilitación, rehabilitación y modernización de la red de salud pública, incluyendo la del IESS, en todo el país (los medicamentos no pueden faltar nunca). Y la misma acción debe desarrollarse con la red de educación pública. La infraestructura educativa y su equipamiento en 4 años debe ser la mejor de todos los tiempos. En ambos casos, planteo, no debe construirse ni un solo centro de salud más, ni una unidad educativa más, ni tampoco contratación de personal administrativo. En materia vial, salvo que sea una necesidad extrema, no debe construirse ni una carretera ni un puente más; todo el dinero servirá para el mantenimiento y rehabilitación de la red nacional. La realización de estas tareas generará importantes contrataciones y decenas de miles de empleos.

Sí, las urgencias del país son más. Se necesita dinero, inversiones, leyes apropiadas, seguridad jurídica, excelentes relaciones internacionales. Es allí, entonces, donde la mano del buen ejecutivo debe hacerse notar; donde su mano dura contra la corrupción se vuelva temible y ejemplar. Los obstáculos no faltarán, pero estos serán los peldaños para avanzar y provocar el gran y tan anhelado cambio positivo del Ecuador.



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