El Metro de Quito: una promesa que se descarrila

Jun 4, 2025

Por María Verónica Barreiros

El Metro de Quito, una de las obras más costosas en la historia de Ecuador —con un precio que supera los USD 2,000 millones—, no compite con la fantasía de la Refinería del Pacífico, pero sí parece haber nacido con problemas estructurales dignos de un culebrón.

Es como si el proyecto fuera el hijo de un matrimonio mal planeado: llegó con defectos congénitos que ahora, en plena operación, están saliendo a la luz. Y, para rematar, la gestión del alcalde Pabel Muñoz parece empeñada en cavar su tumba.

No es que el Metro no tuviera potencial. Cuando se inauguró el 1 de diciembre de 2023, Quito se llenó de esperanza. ¡Treinta minutos para cruzar la ciudad de norte a sur! Un sueño para una urbe donde el tráfico es un castigo. Pero la ilusión duró poco. Los problemas estructurales, heredados de administraciones pasadas, y la desidia actual han convertido al Metro en un paciente en cuidados intensivos.

Veamos el diagnóstico: Falta de mantenimiento: Los trenes y rieles parecen olvidados. Un vagón se descarriló el mismo día de la inauguración comercial y, según reportes, sigue fuera de servicio. Sin aire acondicionado, con seguros en entredicho: En febrero de 2023, la póliza de responsabilidad civil estuvo a punto de vencer, lo que paralizó temporalmente los viajes de inducción. Aunque las autoridades juran que todo está cubierto, la falta de transparencia genera más dudas que certezas. Puertas manuales: La cereza del pastel. Los pasajeros ahora deben abrir las puertas con un botón porque el sistema automático falla.

Y luego está la comunicación. El departamento de comunicación del Metro parece hibernar. No hay vocería proactiva, no hay control de daños, solo publicaciones que pasan desapercibidas. Tomemos su cuenta de X (@MetroDeQuito), con 78,300 seguidores, como ejemplo:

El 27 de mayo de 2025, publicaron una campaña para “educar” sobre cómo abrir las puertas manualmente: 8,174 visualizaciones, 17 comentarios, 13 retuits, 19 “me gusta”. Un alcance del 10.4%. El 1 de junio, cuando la medida entró en vigor: 1,087 visualizaciones, 3 comentarios, 1 retuit, 6 “me gusta”. Un mísero 1.3% de alcance. Traducción: nadie se entera de nada. Los usuarios, mientras tanto, inundan las redes con quejas diarias.

El Metro de Quito tenía todo para ser un ícono de modernidad y en cambio, se está convirtiendo en una metáfora de nuestras fallas: grandes promesas, pésima ejecución.

A los quiteños nos queda una lección clara: el voto importa. Necesitamos un alcalde que no sólo hagas promesas, sino que sepa administrar, planificar y ejecutar. Basta de figuras mediáticas o académicos sin experiencia práctica. Thank you, Next!



0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *



Te puede interesar




Lo último