El correísmo atraviesa una de sus etapas más críticas, atrapado entre la falta de renovación y la persistencia de un liderazgo que ya no suma. Así lo sostuvo el experto en comunicación política Leonardo Laso, durante una entrevista en Teleamazonas, donde analizó la implosión interna que sacude a la Revolución Ciudadana tras su derrota electoral en abril.
“El modelo está envejecido, y el caudillo también”, sentenció Laso al referirse a Rafael Correa, cuya figura, según el analista, ya no es suficiente para sostener a una organización anclada en el pasado. Para Laso, el socialismo del siglo XXI que encarnó el exmandatario es una “franquicia” agotada que no dialoga con las nuevas generaciones. “La política actual no se entiende sin considerar el hedonismo de los likes y la ansiedad del scroll”, dijo, al destacar el cambio de lógica en el electorado joven.
La falta de una propuesta renovada y la fragmentación interna son, para Laso, síntomas de una crisis profunda. Mencionó que los principales cuadros territoriales del movimiento, como la prefecta del Guayas, Marcela Guiñaga, o el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, han marcado distancia del liderazgo central. “Están más cerca del abandono que de la lealtad”, advirtió.
El analista también subrayó que esta ruptura responde más a la necesidad de supervivencia política que a una transformación ideológica real. “Los gobiernos locales necesitan fondos, y marcar distancia con Correa les garantiza seguir recibiendo recursos del Ejecutivo”, explicó.
Laso cree que la Revolución Ciudadana mantiene una base electoral sólida —“ese 30% de la izquierda que existe en toda Latinoamérica”—, pero carece de argumentos para conquistar a los indecisos. “Mientras no reconozcan sus errores, la corrupción, la mediocridad, y su alianza con el delito, no van a poder reinventarse”, afirmó.
En su análisis, insistió en que el correísmo no ha sabido leer el presente: “Sigue culpando al fraude, expulsando a ‘traidores’ y apelando a una narrativa de victimización”. Para Laso, esto no solo los aleja de una reflexión real, sino que los deja sin posibilidades de renovación: “No hay ningún relevo generacional visible con fuerza para liderar una reinvención sin Correa y la vieja guardia”.
Finalmente, advirtió que el futuro del correísmo también dependerá de la gestión de Daniel Noboa. “Si hace un gobierno medianamente bueno, dejará atrás al correísmo. Pero si fracasa como Lenín Moreno o Guillermo Lasso, volverán a decir que con Correa estábamos mejor”, concluyó.
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