Hamás respondió a la más reciente propuesta de alto el fuego presentada por el enviado de Donald Trump para Medio Oriente, Steve Witkoff, con una contrapropuesta que Israel y Estados Unidos calificaron de “totalmente inaceptable”.

En un comunicado, el grupo armado palestino dijo estar dispuesto a liberar a 10 rehenes israelíes vivos y entregar los cuerpos de 18 fallecidos, a cambio de la liberación de 1.236 prisioneros palestinos y los restos de 180 personas, además de exigir el ingreso sin restricciones de ayuda humanitaria a Gaza y el fin total de la guerra. Esta última demanda ha sido una línea roja para Israel, que mantiene su ofensiva militar sobre el enclave.

Hamás aseguró que su propuesta busca “un alto el fuego permanente, la retirada total de Gaza y garantizar el flujo de ayuda a nuestro pueblo”, condiciones que hasta ahora no figuran en el borrador estadounidense. Aunque los detalles del plan original no se han hecho públicos, Reuters reportó que incluía una tregua inicial de 60 días, la liberación de 28 rehenes israelíes durante la primera semana, y otros 30 más si se concretaba una tregua permanente.

Tanto la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, como el propio Witkoff rechazaron la respuesta del grupo palestino. “La declaración de Hamás solo nos hace retroceder”, escribió Witkoff en X (antes Twitter), e instó al movimiento a aceptar el marco de negociaciones propuesto, que permitiría avanzar hacia un cese del fuego formal y la liberación de más rehenes.

Mientras tanto, la situación humanitaria en Gaza se agrava. La ONU denunció que 80 camiones de ayuda no pudieron ser entregados debido al colapso del orden y la desesperación generalizada. Funcionarios del organismo alertan que Gaza vive una “hambruna forzada” y que los alimentos están siendo retenidos en la frontera, mientras 2,2 millones de personas enfrentan condiciones extremas.

Israel confirmó esta semana la muerte de Mohammad Sinwar, líder de Hamás en Gaza y hermano menor de Yahya Sinwar, durante un ataque a un hospital en el sur del enclave. El anuncio refuerza la narrativa de Tel Aviv de que continuará su ofensiva “hasta derrotar completamente a Hamás”.

Hamás, presionado por una población desesperada y mediadores internacionales, evita un rechazo rotundo pero tampoco acepta el acuerdo actual. Optó por una respuesta ambigua que, en la práctica, funciona como una contrapropuesta, elevando aún más la tensión diplomática y militar en la región.