La oportunidad regional con la nueva ruta de la seda

May 31, 2025

Por Luis Antonio Guijarro

TEU (Twenty-Foot Equivalent Unit), término usado en transporte marítimo de contenedores, es una unidad de medida que designa la capacidad de carga que tiene un contenedor estándar de 20 pies de longitud. Mundialmente, el contenedor y unidad más usada es el TEU, aunque no es la única. El FEU (Forty-Foot Equivalent Unit) es un contenedor de 40 pies de longitud. Un FEU corresponde entonces a dos TEUs. Estas dimensiones fueron estandarizadas internacionalmente por la ISO en 1968, facilitando enormemente el transporte marítimo y los servicios logísticos ligados al comercio exterior.

Los barcos contenedores (portacontenedores) más usuales en el comercio marítimo son los llamados de “clase intermedia”, que van entre 3.000 hasta 8.000 TEUs de capacidad. Hasta antes de la ampliación del ancho del canal de Panamá en 2016, los barcos debían tener una capacidad máxima de 5.000 TEUs, incluso algo más grandes, pero con dimensiones máximas de 32,3m de ancho, 294,3m de largo y de 12,04m de calado; barcos de esta capacidad se los denomina en el jargón mercantil como clase Panamax.

Con la ampliación del canal se dio paso a una nueva clase denominada la “Neo-Panamax”, que son barcos de 8.000 a 17.000 TEUs. Portacontenedores mayores a 17.000 TEUs de capacidad no pueden cruzar el canal de Panamá y caen dentro de la última y más grande clase de transporte marítimo de carga: los Post-Panamax, con un contingente de 175 barcos de los 5.800 portacontenedores que navegan en el mundo entero. El barco más grande operativo en esta clase es el MSC Irina de algo más de: 24.000 TEUs, 400m de largo (eslora), 60m de ancho (manga), motor diésel de 71MW, construido en un astillero chino en 2023.

Para el gigante industrial asiático el transporte marítimo es de esencial importancia tanto para exportar sus productos como para recibir bienes y materias primas. Desde la pandemia del COVID los costos de transporte de un contenedor por mar se dispararon. Esto llevo a que lograr mantener o bajar los costos logísticos del transporte fuera una prioridad para China, lo que desencadenó que su política comercial priorizara barcos de gran capacidad -por el efecto de economía de escala-, elegir rutas lo más directas posibles y que los motores de propulsión sean de alta eficiencia. Esta estrategia tendría como consecuencia una disminución notable del gasto de combustible, teniendo también un efecto colateral positivo en la reducción de la huella de carbono por kilogramo de producto transportado. Importante aspecto este último en tiempos que la sostenibilidad es política de estado en todo el mundo; al menos en teoría.

Los mega barcos -portacontenedores Post-Panama- tienen una gran dificultad y es su imposibilidad física de cruzar los canales artificiales de Suez o Panamá, lo que obliga a buscar rutas de grandes distancias para llegar a sus destinos, cruzando los cabos de Hornos (extremo sur de Chile) o el de Buena Esperanza (extremo sur de Sudáfrica). Las rutas entonces tenían que ser repensadas, limitadas a los países con los puertos correspondientes y volúmenes de comercio relevantes para China. En lo posible deberían ser parte de la iniciativa estatal China dentro de la denominada Nueva Ruta de la Seda, lanzada en 2013 con la visión de mejorar la conectividad global y fomentar el comercio e inversión internacionales.

El presidente peruano Alán García autorizó en 2008 la construcción de un puerto en la ciudad de Chancay, a 80 kilómetros al norte de Lima. Tan solo un par de años más tarde, en 2013, la empresa Volcán Compañía Minera buscaba hacer financieramente factible un proyecto de ampliación del puerto existente en Chancay y la construcción de un gran puerto en esta ciudad que permita el comercio directo con Asia, particularmente con China, principal socio comercial peruano. China vio en este proyecto de implementación de un mega puerto una oportunidad de crear una vía directa entre Suramérica y China que reduciría entre 12 a 15 días el viaje marítimo. Hoy la ruta Sudamérica-China pasa a través de los puertos de: Manzanillo en México o de Long Beach en EE.UU. Con el mega puerto en Perú podrían llegar los barcos Post-Panamax lo que supondría un ahorro efectivo de hasta un 30% en las exportaciones e importaciones.

Dentro de este contexto es que la naviera estatal China Cosco y la peruana Volcán formaron un consorcio para impulsar el proyecto Chancay, iniciando las obras de un túnel de casi dos kilómetros y las obras portuarias en 2021 en un área de infraestructura de 141 hectáreas. En noviembre del año pasado, el presidente chino Xi Jinping inauguró la primera fase del terminal portuario en la que China invirtió US$ 1.300 millones y Perú US$ 975 millones. Desde su inauguración, los portacontenedores que desembarcan en Chancay son también Post-Panamax de 18.000 TEUs de capacidad. Luego que el proyecto sea ampliado a su fase definitiva podrán atracar super buques con capacidad de 24.000 TEUs.

Como todo megaproyecto de ingeniería civil, este proyecto portuario no ha estado libre de controversias de varía índole incluyendo las medioambientales, consorciales e incluso geopolíticas, porque semejante puerto y 50 años de concesión constituyen una afrenta a los EE.UU.; a pesar de esto, la influencia china en infraestructura crítica tiene otros efectos regionales positivos al impulsar desarrollos de integración regional dormidos o incompletos, como el del ferrocarril bioceánico (Brasil-Peru), el corredor bioceánico boliviano y la Cuadrante Rondón (telecomunicaciones) que Brasil, mediante declaraciones del presidente Lula prometió impulsar y extenderlos hasta Chancay. Para Ecuador se abre una ruta verdaderamente única en su comercio con China.

Chancay, una ciudad costera peruana de 60.000 habitantes, con menos de 70% de su población con acceso al agua potable, menos de 60% de conexión al alcantarillado sanitario, un hospital pequeño, sin siquiera un terminal terrestre, desde la visita del presidente chino ha pasado a ser conocida globalmente. Esperemos que este megaproyecto sea realmente el inicio de un cambio positivo en su desarrollo social y económico; y sobre todo una oportunidad para la unidad y el tan ansiado desarrollo regional.



0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *



Te puede interesar




Lo último