Una denuncia ciudadana permitió descubrir un infierno escondido en la parroquia Checa, al nororiente de Quito. En un supuesto centro de rehabilitación de adicciones, 29 personas —incluido un menor de edad— eran mantenidas en condiciones inhumanas, golpeadas y hacinadas, según confirmó la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud (Acess).
La intervención ocurrió el 28 de mayo de 2025. Inspectores hallaron alimentos en mal estado, camas sucias, heces de gato y medicamentos sin respaldo médico. Lo más alarmante: los internos denunciaron que eran castigados con un palo de madera apodado el “amansa locos”.
“Se hallaron consentimientos e historias clínicas con inconsistencias”, informó la Acess a través de su cuenta oficial en X.
Aunque había una psicóloga en el lugar, no se encontró otro personal del área de salud. El centro no tenía permisos de funcionamiento ni contaba con un programa terapéutico o reglamento interno, confirmó la entidad de control.
El centro fue clausurado de forma inmediata como medida cautelar. El adolescente fue entregado a sus padres, mientras que los adultos recibieron una oferta de atención gratuita para tratar el consumo problemático de drogas o alcohol.
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