La administración del presidente Donald Trump ha confirmado que, a partir del 27 de mayo de 2025, expiró la licencia que permitía a la petrolera estadounidense Chevron operar en Venezuela. Esta decisión marca un endurecimiento en la política estadounidense hacia el régimen de Nicolás Maduro. La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, afirmó que la medida busca evitar que el régimen chavista utilice recursos financieros para oprimir al pueblo venezolano. Bruce destacó que esta acción responde a las instrucciones del presidente Trump al secretario de Estado, Marco Rubio, para finalizar todas las licencias de petróleo y gas otorgadas durante la administración de Joe Biden que beneficiaban al régimen de Maduro.

Aunque la licencia principal ha expirado, se ha otorgado a Chevron una autorización limitada que le permite mantener activos en Venezuela, incluyendo sus participaciones en empresas mixtas con la estatal PDVSA. Sin embargo, esta nueva autorización prohíbe la operación de campos petroleros, la exportación de crudo y la expansión de actividades, con el objetivo de evitar pagos al gobierno de Maduro.

La salida de Chevron, la última gran empresa estadounidense en operar en Venezuela, representa un golpe económico para el país sudamericano, que posee las mayores reservas de petróleo del mundo. Analistas proyectan una disminución de entre el 15% y el 30% en la producción y exportación de crudo de Venezuela para finales del próximo año.

Por su parte, el gobierno de Maduro ha rechazado las sanciones estadounidenses, calificándolas de una “guerra económica” y responsabilizando a Washington por la crisis que atraviesa el país.

Esta medida se enmarca en una serie de acciones de presión económica por parte de Estados Unidos contra el régimen de Maduro, en un contexto de tensiones diplomáticas y políticas entre ambos países.