El último periplo presidencial

May 28, 2025

Por Jorge A. Gallardo

A poco de concluir el periodo temporal y de sucesión de Guillermo Lasso, que decretó la ‘muerte cruzada’, el recientemente posesionado, para un periodo de 4 años (2025-2029), presidente Daniel Noboa, realizó una extensa gira que incluyó el Vaticano, para los funerales del papa Francisco, y sumó Italia, España, Emiratos Árabes Unidos, Israel, Reino Unido y Francia. En cada país fue felicitado por su triunfo electoral, recibido por las más altas autoridades y como resultado de sus conversaciones trajo para los ecuatorianos firmados convenios, cartas de intención y acuerdos para la cooperación bilateral en materia de seguridad y ciberseguridad, innovación, inversiones, energía renovable, agricultura emprendimientos, comercio, entre otros.

Si necesitara calificación puede decirse que fue un periplo auspicioso para los intereses del Ecuador y de su pueblo. En un mundo globalizado las buenas relaciones son imprescindibles. Pero, ¿cómo saber si puede recibir el calificativo de exitoso? Esto lo determinará el tiempo y lo mejor para los ecuatorianos es que sea pronto porque, es imposible desconocerlo y peor ignorarlo, la situación es difícil y cambiarla exige inmediatez en la adopción de medidas. Si no se lo hace así el riesgo inminente de decepción popular está detrás de la puerta gubernamental. El gran triunfo electoral y el contundente golpe político aplicado al opositor recalcitrante, incorregible, deben aprovecharse, por el bien del país, al máximo. La recién instalada Asamblea Nacional, por ejemplo, es el escenario perfecto para los buenos propósitos gubernamentales.

La cooperación y la inversión internacional se produce cuando las reglas del juego son claras, cuando la seguridad jurídica no está en entredicho. Entonces, con la mayoría legislativa hay que producir todos los cambios que sean posibles en la Constitución; aquellos que ahora mismo, a título de soberanía y derechos mal concebidos, ponen obstáculos al desarrollo nacional, tal es el caso de la prohibición de recibir ayuda militar extranjera para combatir al crimen organizado, los derechos otorgados a los delincuentes, el derecho del Estado a administrar, regular y controlar los sectores estratégicos (energía en todas sus formas, telecomunicaciones, transporte, refinación de hidrocarburos, ente otros que “determine la ley”).

Son solo unos pocos ejemplos de lo que se necesita para recibir la inversión internacional y no seguir envidiando sanamente lo que sucede en ese renglón con los países vecinos. Que no se desperdicie el tiempo ni tampoco las oportunidades que otorga la mayoría legislativa. Poco después -este comentarista quiere equivocarse-, puede ser muy cuesta arriba hacer los cambios.



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