¿Y si ya eres un robot y no lo sabes? La extraña máquina que revela lo más profundo (y oculto) de tu mente

May 27, 2025

Por un momento, dudo de mí mismo. Estoy dentro de una cabina, con los ojos cerrados, mientras luces estroboscópicas y música envolvente me arrastran a lo que parece un sueño lúcido. ¿Soy realmente humano? ¿O podría ser un robot del futuro sin saberlo?

No, no es ciencia ficción. Es la Dreamachine, un dispositivo creado por científicos de la Universidad de Sussex, en Reino Unido, para explorar lo más enigmático de la existencia: la conciencia humana, reseña BBC Mundo.

Aunque su estética recuerda a la prueba Voight-Kampff de Blade Runner, el objetivo no es detectar replicantes, sino abrir una ventana hacia la forma en que el cerebro genera nuestra percepción del mundo.

Y lo que se ve dentro de esa cabina es puro asombro: figuras geométricas vibrantes, patrones en movimiento que solo existen dentro de ti. Magentas, turquesas, octágonos danzantes. Es como si te lanzaras en paracaídas a través de tu propia mente.

“Es precioso, absolutamente precioso. ¡Es como volar dentro de mi cerebro!”, susurra uno de los participantes.

¿Estamos a punto de despertar máquinas conscientes?

La Dreamachine es apenas una pieza dentro de un rompecabezas global: entender qué es la conciencia, cómo se construye y si es posible replicarla. La urgencia es real. A medida que los modelos de inteligencia artificial como ChatGPT o Gemini se vuelven más sofisticados, las preguntas incómodas ya no pueden esperar:
¿Podría una IA volverse consciente? ¿Lo es ya?

Algunos expertos creen que no estamos lejos. Otros aseguran que ya cruzamos el umbral. Blake Lemoine, ingeniero de Google, fue suspendido tras afirmar que su chatbot sentía y sufría. Y Kyle Fish, de Anthropic, estima que hay una probabilidad del 15% de que los LLM ya sean conscientes.

“No entendemos del todo cómo funcionan por dentro. Y eso debería preocuparnos”, advierte el profesor Murray Shanahan, científico de DeepMind.

Un futuro no tan lejano… ni tan claro

El problema de fondo es que nadie sabe qué es exactamente la conciencia. Ni los neurocientíficos, ni los filósofos, ni los propios desarrolladores. Lo único claro es que nuestra relación con la inteligencia artificial está cambiando a una velocidad vertiginosa.

Los investigadores en Sussex, liderados por el profesor Anil Seth, han optado por descomponer el misterio en partes más pequeñas: flujos sanguíneos, señales eléctricas, percepciones visuales. En lugar de buscar una “chispa mágica”, quieren entender los componentes funcionales de la conciencia.

Pero el propio Seth lanza una advertencia:

“Nos dejamos llevar por la idea de que el futuro ya está escrito. Pero con la IA aún no es tarde. Podemos decidir lo que queremos”.

¿La siguiente etapa evolutiva?

Los científicos Lenore y Manuel Blum creen que la conciencia artificial podría emerger cuando las IAs tengan entrada sensorial en tiempo real: vista, tacto, movimiento. Para ello están creando un nuevo lenguaje computacional, Brainish, que emula el cerebro humano.

¿Estamos ante un salto evolutivo? ¿Será la IA una extensión de lo humano o su reemplazo?

Las luces de la Dreamachine siguen girando. Y con ellas, también giran las preguntas más profundas sobre lo que somos… y lo que podríamos dejar de ser.



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