Daniel Noboa, luego de su inobjetable triunfo, asumió el mando para el período presidencial 2025-2029. En su discurso, en el que se vio a un presidente más posicionado y motivador, extendió la lucha, las oportunidades y el triunfo a toda la gente, no solo a su equipo: “Los golpes no solo los esquivamos, sino que los derrotamos juntos”. Para el presidente esta es una misión cuyo objetivo es salvar a la patria en lo económico, político y, principalmente, en seguridad.

Noboa en su discurso dibujó que la esencia del Nuevo Ecuador está en la “libertad y el derecho de vivir en un país donde finalmente impere la dignidad y el progreso”. Su lema es no cansarse de luchar por lo que considera correcto, teniendo claro que en ese camino habrá equivocaciones, pues no se equivoca quien no intenta nada. Esta es la forma en que promete gobernar, en un camino donde no hay marcha atrás, un camino que incomodará al pasado, a los corruptos o enemigos, ya que se inspira en que el pueblo es libre sobre un suelo libre, y por eso también se declaró como “indescifrable para la vieja política”.

Sobre la seguridad, el presidente ha ratificado el frente contra el crimen pero justo con su gente, asegurando que está consciente del desgaste que produce la lucha contra los criminales; que lo fácil era mirar a otro lado, pero que el mandato popular le exige seguir luchando. Así, la promesa en el pleno de la Asamblea ha sido mantenerse firme en el conflicto armado, desarmar a quienes se creen dueños del país incluso con estructuras políticas, apoyando a su gabinete de seguridad que soporta amenazas, juicios y ataques por enfrentarse a las mafias. Se anunció como primera estrategia, en conjunto con la Asamblea, el golpe a las economías de las estructuras criminales para afectar a las redes que operan dentro y fuera del país, para lograr su armamento y sus negros objetivos.

Otro de los objetivos anunciados es un fuerte trabajo en la eficiencia gubernamental para lograr lo que el presidente expresó como un “Estado que no sea una carga para la sociedad, sino la base sólida para el crecimiento”. Prometió generar una era de obras públicas, destacando el quinto puente y el corredor E-25, buscando además que paralelamente la obra genere oportunidad al trabajo joven como un indicador colateral junto con otros indicadores sociales que también anunció. Buscará la alternativa de generación nuclear, modernizar las refinerías y ampliar la participación del sector privado en áreas estratégicas. También se habló de transformar y darles carácter de empresa a Petroecuador, Celec, CNEL y Enami.

Todos los anuncios nos dan mucha esperanza; el motor del presidente está en el respaldo popular; el secreto del éxito estará en su equipo, que debe ampliarse; la empresa privada nacional e internacional puede ser un gran aliado. El trabajo conjunto con la Asamblea es una gran oportunidad. Le deseo éxitos al nuevo Gobierno y suscribo las palabras de cierre del presidente: “El futuro es nuestro, tengamos el coraje para creer en nuestro país y empujarlo hacia adelante. Es momento de dejar atrás el miedo, la indiferencia y el conformismo”.