Del laberinto a las arenas movedizas

May 26, 2025

Por María Fernanda Noboa

El biorritmo de la violencia y la percepción de la inseguridad por parte de los ciudadanos en el país, son dos variables fuertemente asociadas a las acciones en diversos niveles y tiempos detonadas por las diversas estructuras criminales articuladas a diversos mercados criminales que actúan al parecer en un caos aparente, a que los criminales- en sus diversas composiciones- se adaptan de manera rápida que intentan marcar el contrapeso a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, en sus últimas arremetidas, constantes, consistentes y planeadas de modo interagencial, desde el entendido que las acciones para afrontar la inseguridad exigen esfuerzos conjuntos y combinados; de hecho la planeación de las operaciones militares, en los nuevos teatros operacionales sugieren formas innovadoras de planificación de las operaciones, que pueden ser vistas como operaciones especiales a nivel estratégico y no de comandos operacionales al más alto nivel, acompañadas con inteligencia anticipativa, en tiempo real y post -facto para su evaluación y direccionamiento posterior si se lo requiere.

Las dinámicas actuales de la criminalidad exigen un manejo estratégico en arenas movedizas, donde la mutación y la incertidumbre es el contexto usual, y se han debilitado los referentes a los que estábamos acostumbrados. Es transitar de la visión de una agenda de seguridad nacional/ doméstica, pasando por una internacional, comprendiendo la global; todo ello implica un doble movimiento, de lo más amplio a lo más puntual y viceversa. para comprender en profundidad y desde miradas complementarias, que la crisis de inseguridad del país.

Definitivamente es un entramado multinivel y convergente de varias dinámicas y acciones criminales y delictivas como (narcotráfico, la minería ilegal, la trata de personas, las redes de prostitución, los ciberdelitos, los sicariatos, los secuestros, operaciones psicológicas criminales, acciones tácticas terroristas), que exigen perspectivas integradas y más holísticas para poder problematizar con nuevos elementos lo que ocurre en el país. Es más, los estudios críticos globales, sugieren la necesidad de incorporar principios éticos- que los refieren como “cosmopolitas”, a partir de tres constantes:

  • Todos los actores tienen una responsabilidad específica frente a la problemática, sea de manera directa e indirecta, rebasando la perspectiva de respuestas instrumentales, asumidas por Fuerzas Armadas y Policía; es decir una constante de acciones de interagencialidad de las instituciones del Estado vinculadas con el sector seguridad, la inteligencia estratégica de estado, del sector público, del sector privado, de los medios de comunicación y de la academia;
  • Las consideraciones prospectivas en función de la maniobra de decisiones en el presente que configurarán el mejor futuro para todos; esto tiene que ver con rebasar la incertidumbre dinámica del aquí y ahora, saltando de la coyuntura enfoques y patrones sostenibles- descubrir diversos factores perturbadores, factores disruptivos, variables críticas, leer señales de potenciales cambios- para definir como ir generando la imagen de futuro deseado en base a las mejores decisiones en el presente;
  • Y, finalmente, definir la problemática en vivo, no congelando la realidad como foto fija, permitiendo planificar y actuar mientras el proceso está en marcha contextualizando las diversas realidades de tiempo y espacio que se van generando a nivel global.


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