Una Asamblea más tangible

May 22, 2025

Por Aurelio Dávila

Aurelio Dávila

Estamos iniciando un nuevo período legislativo, donde asambleístas y el Ejecutivo tienen la difícil misión de legislar en favor de las grandes mayorías. El primer proyecto, calificado de urgente, ha llegado a la Asamblea Nacional, es el de Ley para Desarticular la Economía Criminal vinculada al Conflicto Armado Interno en Ecuador. El CAL lo calificó y por lo tanto será tratado.

Seguro será útil para combatir la delincuencia, lavado de activos y combate a los GDO. No lo niego. Pero los resultados de esta ley no serán cuantificables en la vida diaria. Hay temas como lo laboral y la Seguridad Social que requieren reformas de forma urgente. En el tema laboral, mientras se habla del incremento de plazas de trabajo, el parámetro de nuevas afiliaciones al IESS no concuerda con lo señalado. La principal razón es porque empresarios y trabajadores aplican el viejo refrán de “hecha la ley, hecha la trampa”. Es decir, se abren nuevas plazas de trabajo, pero el sistema de contratación no es, a través del Código de Trabajo, sino del Código Civil, es decir, bajo honorarios profesionales. Ganan las dos partes y pierde el IESS. Se debe legislar para combinar lo laboral y lo civil, por ejemplo, todo aquel profesional que acude regular y constantemente a su lugar de trabajo, a más de facturar, debe aportar mensualmente al IESS. Para esto, el RUC debe estar ligado al IESS.

En las provincias se dan hechos poco difundidos en el tema IESS. Hay dos: matrimonios o uniones libres entre jubilados de avanzada edad y jóvenes que empiezan su vida; jubilados de avanzada edad y muchas veces con estado de salud en malas condiciones “reconocen” hijos a la vejez. ¿Objetivo de estos dos casos? Sencillo, que, al fallecimiento del jubilado, los sobrevivientes cobren el montepío de por vida. ¿Han analizado estos casos al interior del IESS? Estoy seguro que no lo hacen. La reforma debe ser así: el montepío será pagado únicamente a cónyuges con más de 10 años de convivencia DEMOSTRADA. Los hijos reconocidos a “última hora”, podrán beneficiarse del montepío, siempre y cuando, el reconocimiento sea por lo menos 10 años antes del fallecimiento.

Reformas profundas, de raíz, que ataquen la viveza criolla es lo que necesita el país.



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