Durante una reunión en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confrontó al mandatario sudafricano, Cyril Ramaphosa, presentándole videos y artículos de prensa que, según Trump, evidencian una persecución y “genocidio” contra la minoría blanca afrikáner en Sudáfrica.

Trump mostró imágenes de líderes políticos sudafricanos entonando consignas que incitaban a la violencia contra los granjeros blancos, afirmando que estas acciones han llevado a la confiscación de tierras y al asesinato de agricultores. Ramaphosa negó rotundamente estas acusaciones, subrayando que tales expresiones no reflejan la política oficial de su gobierno y que la mayoría de las víctimas de crímenes violentos en Sudáfrica son personas negras.

La reunión, que inicialmente tenía como objetivo discutir temas comerciales y fortalecer las relaciones bilaterales, se tornó tensa debido a las acusaciones de Trump. Ramaphosa expresó su deseo de mejorar las relaciones con Estados Unidos, mientras que Trump reiteró sus preocupaciones sobre la situación de los granjeros blancos en Sudáfrica.