En entrevista para Contacto Directo, Javier Alberto Gutiérrez, exdirector de la Unidad de Inteligencia Financiera de Colombia, reveló la estrategia con la que su país logró debilitar las estructuras criminales desde el corazón de sus finanzas. Su mensaje es claro: no basta con aprobar leyes, hay que ejecutarlas con inteligencia, tecnología y coordinación.
Gutiérrez explicó que el combate efectivo al lavado de activos exige algo más que marcos normativos. Se necesita una “función de producción” enfocada en tres capitales: tecnológico, humano e intangible. El primero incluye herramientas como big data, machine learning y análisis de redes complejas. El segundo, personal capacitado en múltiples disciplinas, desde derecho hasta matemáticas. El tercero, y más crítico, es la confianza entre instituciones públicas y privadas.
“Podemos tener los mejores algoritmos, pero si no hay confianza para compartir información, no sirve de nada”, advirtió. Esa confianza permite que los datos fluyan entre el sector privado y las unidades de inteligencia para interceptar el dinero sucio a tiempo, con el volumen y velocidad requeridos.
Colombia tardó una década en consolidar esta estrategia, pero hoy ya existen los caminos cortos. Según Gutiérrez, Ecuador podría ver resultados en apenas seis meses si aplica adecuadamente esta fórmula. “Hay que jugar con las fichas blancas del ajedrez, jugar primero”, sentenció.
Además, insistió en aplicar programas de transparencia y ética pública al interior del Estado, similares a los sistemas de compliance del sector privado. Solo así se podrá evitar que las economías ilegales penetren la contratación pública.
La entrevista concluyó con una advertencia urgente: las organizaciones criminales ya usan tecnología avanzada para lavar dinero en más de 500 modalidades distintas. La única forma de ganar esta carrera es correr más rápido que ellas. Y para eso, Ecuador necesita dejar de improvisar.
0 comentarios