El hospital Abel Gilbert Pontón, más conocido como hospital Guayaquil, atraviesa una crisis crítica debido al mal estado de sus equipos médicos y a la escasez de insumos básicos.
Pacientes denuncian que deben llevar desde agujas y gasas hasta sondas para poder ser atendidos. En muchos casos, las familias deben comprar los medicamentos porque no hay stock en la farmacia del hospital.
Los problemas también alcanzan a los equipos médicos. El tomógrafo no funciona, los análisis de laboratorio se derivan a otras clínicas y los quirófanos no cuentan con las condiciones necesarias para operar, debido a fallas en la esterilización y filtración de aire.
Un informe del hospital detalla que la unidad de cuidados intensivos tiene graves deficiencias: mobiliario incompleto, lámparas quirúrgicas que no funcionan, y techos en mal estado que podrían colapsar.
La situación pone en riesgo la salud de cientos de pacientes que acuden a diario, sin que hasta ahora se haya anunciado una solución estructural por parte de las autoridades.
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