“El correísmo está muerto… y lo cremaron”: Antonio Ricaurte analiza la debacle electoral de Rafael Correa

Abr 22, 2025

En una entrevista realizada en el programa Ecuadorenvivo, el consultor político Antonio Ricaurte fue enfático: “El correísmo está muerto desde hace tiempo; lo único que hizo la ciudadanía fue desenterrar al muerto para cremarlo y volverlo a enterrar.” Con esa frase, resumió lo que considera la definitiva caída del proyecto político liderado por Rafael Correa, que sufrió una derrota contundente en las elecciones presidenciales de 2025 frente a Daniel Noboa.

Ricaurte atribuyó la derrota no a los méritos de la campaña de Noboa —que calificó como “mala”—, sino a los múltiples errores de la Revolución Ciudadana. “Luisa González cometió fallas garrafales: atacó la dolarización, propuso círculos bolivarianos que generaron terror en la población, pactó con Pachakutik (movimiento con 70% de imagen negativa), y expresó abiertamente simpatías con regímenes autoritarios como el de Maduro”, afirmó.

El consultor sostuvo que el correísmo nunca logró superar su techo electoral del 48% y que los votos blandos huyeron en masa por temor a una desdolarización y a un regreso del autoritarismo. “El pueblo ya no soporta más políticos gritones, prepotentes y desconectados de la realidad”, dijo, refiriéndose también al estilo personal de Rafael Correa.

Sobre Daniel Noboa, Ricaurte destacó su manejo comunicacional silencioso pero efectivo. “No sabemos aún qué ideología tiene, pero su distancia con los políticos tradicionales y su imagen de outsider lo posicionaron bien frente al electorado”.

Consultado sobre la próxima Asamblea Nacional y la posibilidad de una Constituyente, Ricaurte advirtió: “Los políticos están enfermos de ego y vanidad. No esperemos que una Constituyente manejada por los mismos de siempre regenere el país. Pero si Noboa convoca ya, con la fuerza que tiene hoy, podría usarla para tomar control institucional completo”.

Finalmente, alertó sobre el peligro de que ese control derive en autoritarismo, pero reconoció que sin una reforma profunda —que incluya seguridad jurídica e institucional— será imposible atraer inversión y sacar al país de la crisis fiscal.

“Estamos frente a una gran oportunidad… o a la antesala de una decepción histórica”, concluyó.



Comentarios

0 comentarios


Te puede interesar





Lo último