El mundo está atravesando por una etapa de transiciones, incertidumbres, logros científicos impresionantes, conflictos y vientos de guerra, que están reconfigurando el tablero mundial de las relaciones internacionales, la economía, el comercio la seguridad mundial y la situación religiosa.
Esta reconfiguración pasa fundamentalmente por la nueva política de inmigración, las relaciones internacionales y el comercio definida por el Gobierno de los EE.UU, con políticas agresivas en cuanto a la guerra abierta hacia los cárteles de la droga mexicanos y el fentanilo, que han afectado las relaciones diplomáticas entre ese país, México y Canadá.
Además, la imposición de aranceles por parte de los EE.UU. especialmente a China y a los países de la Unión Europea para nivelar el desequilibrio de la balanza comercial ha desatado una guerra económica que está afectando al comercio mundial y a las relaciones entre países y bloques económicos.
También ha afectado la postura de los EE.UU. frente al conflicto entre Rusia y Ucrania, retirando el apoyo militar y cuestionando a la OTAN. El resultado es el rearme de Europa que planea un gasto militar de 800 mil millones de euros en los próximos años, otro efecto de esta presión política, es la firma del convenio con Ucrania. Esto permite el acceso a sus recursos minerales, gas, petróleo y tierras raras a las empresas estadounidenses, para pagar de alguna manera la deuda por la guerra con Rusia. Esto ha hecho que reaccione Rusia porque esos recursos se encuentran en la región del Donbás (Donnets y Luhansk), que al momento se encuentran bajo el control de ese país, influyendo indirectamente en la posibilidad de terminar esta guerra.
Este escenario ha surtido un efecto geopolítico y geoeconómico importante, como el rearme de Europa, el posible desmantelamiento de la OTAN, el liderazgo europeo de Alemania, el equilibrio de la balanza comercial internacional de los EE.UU. especialmente con China, la reducción de la inmigración hacia los EE.UU. y la guerra a los cárteles de las drogas mexicanos.
Panamá también entró en el tablero político al no ratificar los convenios con China sobre el control del canal por la presión de los EE.UU.
Este escenario geopolítico y geoeconómico debe ser aprovechado por Ecuador para el fortalecimiento de las relaciones internacionales, acuerdos comerciales, así como el apoyo y cooperación internacional en los diferentes ámbitos para la seguridad y desarrollo nacional. Por eso, ha sido importante la gira internacional euro asiática del presidente Daniel Noboa y su comitiva, que debe concretarse en convenios comerciales, económicos, tecnológicos y de seguridad.
Sin duda abrirse a los mercados internacionales es importante porque los efectos geopolíticos serían una reducción de los precios del petróleo y que afectarían la financiación del Presupuesto General del Estado.
En cuanto a la seguridad, el apoyo tecnológico para las actividades de control de puertos y aeropuertos, para la vigilancia marítima y del espacio aéreo para disponer de un sistema de inteligencia y contrainteligencia moderno, así como instrumentos técnicos-científicos para el control de activos, Aduanas y Policía de Investigación y Judicial. Todo esto se puede lograr con el apoyo de países como Israel, Reino Unido, Francia y España, mientras que la tecnología e inversiones en el área petrolera con los países árabes.
Creo que el Ecuador puede ingresar a otra dimensión en las relaciones internacionales con una economía abierta, consolidando la democracia y con el respeto de los Derechos Humanos. Seamos estratégicos y aprovechemos estas coyunturas políticas y comerciales para los intereses del país y con la finalidad de solucionar los problemas más graves en la actualidad como la inseguridad, el trabajo adecuado, la salud, la educación y la infraestructura crítica azotada por este fuerte invierno.
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