Con el tono firme y la claridad jurídica que lo caracterizan, el exmagistrado de la Corte Constitucional, Enrique Herrería Bonnet, encendió el debate sobre una posible Asamblea Constituyente en el país. Lo hizo durante su participación en el programa “Vera a su manera”, luego de unas breves pero contundentes declaraciones que dio en la mañana a Ecuavisa.
Para Herrería, quien integró en minoría la Corte Constitucional entre 2008 y 2014 en tiempos de hegemonía correísta, se hace “imprescindible” una transformación profunda de la Carta Magna de 2008. “No estoy hablando de enmiendas ni reformas parciales, sino de sustituir la estructura constitucional actual”, sentenció, al tiempo que hizo un llamado a interpretar el sentir popular expresado en las urnas.
“El 90% de los ecuatorianos votó por candidatos que proponían una Asamblea Constituyente: Daniel Noboa y Luisa González. Eso otorga al presidente un mandato legítimo y moral para impulsar el cambio”, afirmó Herrería, en alusión a los resultados de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2023. “No se puede decir que el pueblo no sabía lo que aprobaba. Votó por una propuesta de cambio de Constitución, no por reformas menores”.
El exjuez constitucional —con estudios en Derecho Constitucional en la Universidad de Salamanca— fue enfático en recordar que la soberanía radica en el pueblo, como lo establece el artículo 1 de la Constitución. Y se apoyó en la doctrina jurídica del poder constituyente originario, desarrollada durante la Revolución Francesa: “El pueblo es el titular del poder constituyente. Y en Ecuador, ese principio está plenamente vigente”.
Herrería explicó que la actual Constitución y la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales han generado procedimientos “entrabados y confusos” para la reforma total del texto constitucional. “La Corte ha creado mecanismos que son verdaderas cortapisas para que el pueblo se exprese”, dijo. No obstante, planteó que “la Corte Constitucional puede hacer una interpretación evolutiva que habilite la Asamblea sin que se requiera consultar si debe o no instalarse”.
“No se trata solo de legitimidad. Es ética y democráticamente indispensable que se permita al Ejecutivo plantear la convocatoria a una Constituyente”, insistió. Además, citó antecedentes históricos que respaldarían esa vía: la Asamblea de 1998, que aprobó la Constitución de 1999, y la Asamblea de Montecristi, impulsada por Rafael Correa, que elaboró la actual Constitución de 2008.
Herrería también recordó sus votos salvados como juez constitucional en casos emblemáticos: el juicio político al expresidente Guillermo Lasso, la destitución del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social Transitorio, y el matrimonio igualitario. “No se trataba de oponerse a los derechos de las parejas del mismo sexo, sino de respetar el principio de legalidad y la definición jurídica del matrimonio”.
Durante su intervención, el exmagistrado dejó claro que su defensa de una Asamblea Constituyente no responde a un interés político, sino a un deber cívico y jurídico. “Lo que está en juego no es un proyecto de gobierno, sino el modelo de Estado que queremos para el futuro del Ecuador”.
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