El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este domingo 4 de mayo de 2025 que ha ordenado la reapertura y ampliación de la prisión de Alcatraz, ubicada frente a la costa de San Francisco (California).

El mandatario pretende convertir el icónico penal en el nuevo destino para los delincuentes “más violentos” del país… y posiblemente también para inmigrantes indocumentados.

En un mensaje publicado en Truth Social, Trump aseguró que ya no permitirá que “reincidentes siembren caos y sangre en nuestras calles”, y que Alcatraz será símbolo de “tolerancia cero” frente al crimen.

Un regreso polémico a la historia

La mítica prisión, cerrada en 1963 y famosa por su supuesta fuga imposible, operó durante casi tres décadas y albergó a criminales como Al Capone. Desde entonces, se convirtió en un sitio turístico. Sin embargo, Trump quiere devolverle su antigua función: ser el hogar de los presos más peligrosos.

La Oficina Federal de Prisiones, junto al Departamento de Justicia, Seguridad Interna y el FBI, ya trabaja en los preparativos. Aunque el cierre original se justificó por los altos costos de mantenimiento (entre 3 y 5 millones de dólares anuales), el presidente aseguró que el gasto es secundario ante la prioridad de proteger al país.

¿Migrantes a Alcatraz?

Trump fue más allá. Sugirió que inmigrantes indocumentados con historial criminal también podrían ser trasladados a la isla prisión: “No seremos rehenes de criminales y jueces débiles”, dijo, en referencia a las trabas legales para expulsar a migrantes con antecedentes.

Esta no es la primera vez que el presidente lanza una medida extrema: en enero ya ordenó enviar a migrantes a Guantánamo y recientemente Estados Unidos trasladó a más de 200 venezolanos al CECOT, la megacárcel de El Salvador, por supuestos vínculos con el Tren de Aragua. Esa decisión desató fuertes críticas y demandas por violaciones constitucionales.