¿Por qué los Estados deben pensar estratégicamente?

May 5, 2025

Por María Fernanda Noboa

Las nuevas dinámicas globales, regionales y locales, que se proyectan de arriba abajo, de lo global a lo local y de abajo arriba de lo local a lo global, generadas especialmente por los rápidos avances de las TIC, las revoluciones industriales 4.0 y 5.0, el surgimiento de poderes emergentes y reconfiguración de los anteriores, los desafíos disruptivos, el aparecimiento de modelos económicos alternativos, nuevos desafíos de la gobernabilidad, y el aparecimiento de una oleada de mega crisis y crisis particularizadas por regiones, estados y niveles subnacionales y locales- entre otras condiciones- marcan un nuevo ritmo al movimiento del mundo.

En medio de un ambiente de incertidumbre dinámica y de riesgos y amenazas líquidas, como sostiene Alberto Ray es casi imposible contenerlas una vez que se desparraman, regándose sin control en entornos de incertidumbre dinámica, en los cuales la propia realidad se mueve a velocidad inusitada, el denominado régimen de velocidad absoluta o dromología del autor Paul Virilo, y parece haber rebasado las mismas condiciones de lo estratégico.

Estas consideraciones en el caso de la policrisis de seguridad que se vive en Ecuador genera tanto en los conductores del Estado, los tomadores de decisiones, los operadores de la seguridad una percepción de descontrol frente a todo lo que ocurre, que atormenta y descuadra. Expertos, investigadores, académicos serios formados en diversas disciplinas vinculadas con estas problemáticas se encuentran frente a un panorama en donde ya no funcionan las viejas analíticas, y peor aun las concepciones de lo estratégico que en muchos caos se ha convertido en un lugar común. Esto porque seguramente la conducta estratégica ha sido tan antigua como la historia del hombre pero para el mundo actual implica una faceta del hombre que le permite vislumbrar la realidad entramada de manera disímil, multidimensional e incontrolable, pero a fin de cuentas forma parte de la vida del propio ser humano. La mirada de lo estratégico se ha transformado en un espacio rico en facetas, matices e interpretaciones.

El pensamiento estratégico hoy permite comprender la cartografía y el entramado de la criminalidad organizada transnacional, de la delincuencia transnacional, de las mafias internacionales, las bandas y carteles, la delincuencia común, los prestadores de servicios criminales, los extorsionadores, vacunadores, sicarios, delincuentes de cuello blanco y azul, pandillas entre otros y sus dinámicas de vinculación de los mercados criminales como un desafío que trascienda las miradas verticales y horizontales e incluya lo transversal para dar cuenta de la realidad multidimensional y compleja que no admite fragmentar, porque al hacerlo se pierde la riqueza delas interconexiones de espacio-tiempo, actores, contextos. Atreverse a lidiar con visiones disruptivas también permite detectar los patrones de variables críticas, la agudización de los conflictos, su cambio de forma, sus mecanismos de operación, sus racionalidades, la comprensión de las tensiones de la inseguridad, pero no como simples constructos abstractos, sino de los que formen parte los ciudadanos. Implica compromiso social, mirada sostenible y redimensionar lo humano y relacional; tiene que ver con la esperanza de intervención en el mundo y sus dinámicas para hacerlo mejor.

El pensamiento estratégico está ligado a la gestión de conocimiento agregador de valor que permita desencadenar procesos innovadores cognitivos y de acción práctica efectiva, propuesta de soluciones de manera anticipada mediante la mejor toma de decisiones. Al pensar el momento actual de la seguridad, deberíamos incursionar mediante un pensamiento estratégico integral y flexible en el conjunto de flujos y ciclos, entendiendo que varios de sus elementos se autoproducen y reconfiguran – en el primer caso la cultura criminal- en el segundo la reorganización de los actores y mercados delictivos- y con ello buscar la inclusión y participación activa de otros actores de la sociedad.

Pensar estratégicamente es desarrollar las capacidades cognitivas, rastreando nuevos paradigmas para trabajar la cartografía de este conflicto adaptativo, sistémico y complejo, su morfología (dinámicas, formas y proceso conflictuales), tendencias de largo plazo (patrones identificables y captar la interacción entre variables), y los patrones de interdependencia de los mercados criminales, causas estructurales particularizadas por territorios, contextos y pobladores.

De otro lado, comprender la naturaleza cíclica del conflicto híbrido que está en juego, anticipándose a su desorden – nuevo orden que no entendemos y le bautizamos con cualquier nombre- heterogeneidad, agitación y turbulencia, que es parte constitutiva del tipo de conflicto, que el experto colombiano Torrijos ha denominado como conflicto intratable, en relación directa con su mutación en tiempo e intensidad. En este sentido es casi imposible detectar con precisión los puntos de inicio y fin de este tipo de conflictos, lo que sí es evidente en materia en seguridad sus niveles de escalamiento o des escalamiento, sus tiempos de latencia y ruptura. Dichos cambios pueden preverse con anticipación continua y alerta temprana, con una lectura adecuada de señales (semillas de cambio, variables críticas) mutabilidad de hostilidades, cambios de patrones de actuación, oleadas de mayor o menor violencia o ciclos de estancamiento de las acciones criminales.

El pensamiento estratégico contemporáneo va más allá de buscar salidas coyunturales. Tiene que ver con esas miradas integrales que permiten institucionalizar al sector seguridad en el caso concreto (documentos rectores, diseño estratégico consolidado, procedimientos, doctrina, desarrollo de capacidades institucionales, diálogos productivos interagenciales) buscando las mejores formas de resolver la conflictividad de base incidiendo en el lenguaje y cultura de la violencia, sino provocando atmósferas de diálogo, de alteridad de cooperación en vez de confrontación construyendo imágenes de futuro sostenibles.



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