Allan Coronel Salazar y su legado literario

May 5, 2025

Por Simón Zavala

El 25 de abril de este año, en el Salón Olmedo de la Universidad Andina, Sede Quito, se realizó una noche de Gala que no fue únicamente el marco apropiado para presentar y valorar literariamente un libro homenaje a su autor el escritor Allan Coronel Salazar titulado “DOS MONEDAS. Cuentos de Amor, Memoria y Muerte”, importante para la literatura nacional; ni fue únicamente para juntarnos a todos, presentes y ausentes, para recordar al escritor, al amigo, al ser humano extraordinario y justipreciar la gestación, edición y publicación de este testimonio escrito por Allan, por parte de Ada Palacios su compañera, incomparable ser humano que siempre le dio el hálito tierno del amor a la palabra y a la sensibilidad del poeta; ni fue únicamente para hablar de la vida fructífera del amigo que desde muy joven, supo comprender el significado de la existencia y, dentro de ella, la luminosidad de la trascendencia. Fue si, para celebrar con alegría y afecto, el recuerdo vivo y permanente y el respeto a una figura literaria vital, la de Allan Coronel Salazar que ya no está con nosotros, cuyo verbo ahora habla por él con la fuerza y la belleza de siempre para entregarnos una forma única de mirar el mundo, de imaginarlo, de sentirlo, de pensarlo y de expresarlo, como supo hacerlo. Y fue, por sobre todo, un homenaje a su legado literario, a su capacidad de transformar lo cotidiano en arte y poesía y de ofrecernos fragmentos de su verdad literaria y humana en las páginas de un testimonio escrito que debemos guardarlo para leerlo a cada momento, porque los escritores no mueren mientras sus libros sigan siendo leídos. Y por cierto, porque esta reunión de Gala, tenía también el propósito profundo de preservar su memoria, hacerla viva entre nosotros, y transmitirla a quienes aún no han tenido la oportunidad de leer a Allan Coronel Salazar; así como para reconocer públicamente su valor como autor, destacando su incansable compromiso con la literatura y la cultura de nuestro país. En cada línea de este libro que se presentó se encuentra su alma, su estilo inconfundible, su sentido fino de humor, su forma personalísima de ser. Y, finalmente, porque esta velada tan especial nos permitió, a través de él, también celebrar el poder de la literatura como espacio de encuentro, de reflexión y de emoción compartida.

Estimo que este libro de Allan Coronel Salazar que se presentó esa noche de Gala, resume las características fundamentales de su narrativa: Coherencia temática: Aunque se trate de relatos independientes, existe un hilo conductor o un tema central que une las historias, ofreciendo una visión más profunda y cohesiva. Variedad y diversidad; efectivamente hay un estilo inconfundible, voces y enfoques narrativos, lo que enriquece la experiencia del lector y muestra la versatilidad del autor. Profundidad emocional: Las historias relatadas son capaces de evocar emociones genuinas en el lector, ya sea a través de la tristeza, la alegría, la nostalgia o la sorpresa. Personajes memorables: Los personajes están bien configurados y son creíbles, dejando una impresión duradera en el lector; debido a que, en algunos casos, la complejidad de los personajes enriquece la argumentación de las historias. Frescura narrativa: La capacidad de experimentar con la forma y la estructura de los relatos hace que los cuentos sean sugerentes y atractivos porque incluyen el uso de diferentes puntos de vista, voces narrativas poco convencionales o estructuras no lineales. Simbolismo y metáforas: La inclusión de elementos simbólicos y de metáforas donde aparece el poeta, añade ondas de significado a las historias, invitando al lector a una reflexión más meditada. Calidad de la prosa: la escritura de Allan fue muy pulida y cuidada, con un ritmo adecuado para mantener el interés del lector. El lenguaje: la elección de palabras y la construcción de frases en su escritura son fundamentales en su obra narrativa. Y, la capacidad de provocar reflexión con sus historias invitando al lector a pensar y reflexionar sobre temas muy nuestros y universales, ofreciendo nuevas perspectivas o cuestionando cánones.

Su talento era innato. No buscó la atención ni la admiración a través de poses o pretensiones; su autenticidad brillaba en su escritura, en la conversación, en sus exposiciones verbales y en su forma de ser. Fue un escritor que prefirió dejar que sus historias narradas, que su poesía, que sus opiniones, hablen por sí mismas, sin adornos innecesarios ni grandilocuencias forzadas. Su estilo siempre fue claro y directo, lo que permitió que los lectores se conecten fácilmente con sus relatos y poemas. Fue un lector voraz, buscando nuevas voces y perspectivas que enriquezcan su propia escritura y su visión del mundo. En resumen, Allan Coronel Salazar como escritor fue un verdadero artífice de la palabra, que combinaba inteligencia, rigor y humanidad en cada uno de sus cuentos y poemas. Su legado literario no solo se mide por la calidad de su obra, sino también por la conexión genuina que estableció con sus lectores y su compromiso con la verdad, la autenticidad, la originalidad y la belleza en la escritura.Tengo la impresión de que su participación y su activismo literario en este gran Grupo Cultural “Los Incorregibles”, que agrupa a importantes escritores y artistas de nuestro país, fue un estímulo esencial y vigoroso, para su creatividad y para mantener la luminosidad de su alma generosa. Hasta cuando partió.

Concluyo, felicitando con mucho afecto a la Fundación Cultural Edgar Palacios, por la gran actividad cultural que realiza, en varios campos y, en especial, en el Editorial con muchas publicaciones realizadas a las que se suma este libro Memorial, a Adita Palacios que ha realizado la Edición y la compilación de los relatos y, a Rubén Vásquez, gran artista, por las hermosas ilustraciones que complementan estéticamente el contenido del libro. Al Maestro Edgar Palacios que con el acompañamiento al piano del Maestro Pablo Mora, con su trompeta mágica nos deleitó con sus extraordinarias interpretaciones. Una noche de Gala imborrable y un libro de relatos, destinado a la memoria nuestra y a la de los lectores que vendrán; y a la perdurabilidad de la trascendencia de Allan Coronel Salazar que felizmente nos sobrevivirá en el tiempo.



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